Rodrigo Guirao Díaz: un galán de exportación

El actor se encuentra a la espera del estreno de dos películas nacionales de las que formó parte. Además, triunfa como protagonista de Señora Acero, una exitosa serie mexicana

Durante su juventud, Rodrigo Guirao Díaz comenzó a estudiar actuación por mera curiosidad. Además, la actividad le permitía ganar cierta soltura a la hora de presentarse en los castings publicitarios y, de esta manera, buscaba vencer su timidez. Con el transcurso de los años, cumplió este objetivo y la interpretación se convirtió en su forma de vida. 

Dueño de una imagen esbelta, el muchacho logró una firme carrera internacional como modelo, siendo la imagen de innumerables campañas publicitarias. Por otro lado, en nuestro país participó de éxitos televisivos como Rebelde way y Amas de casa desesperadas. 

En el último tiempo, debutó en 5 AM: Cinco ante los miedos, un filme independiente, y también, forma parte de Señora Acero, una exitosa serie mexicana.

Si bien siempre fue uno de los solteros más codiciados de la Argentina, el presente lo encuentra muy enamorado de Julieta Miquelarena, una joven modelo. La pareja debe compartir su vida entre Buenos Aires y México. 

Durante una entrevista exclusiva con este medio, el intérprete recorrió su trayectoria, y se expresó sobre la actualidad laboral. 

—Dividís tu trabajo entre Buenos Aires y el exterior, ¿cómo organizás los compromisos laborales y la vida en pareja?

—No es fácil. Pero las cosas siempre se terminan acomodando. Hay que tener en cuenta cuáles son las prioridades y, en base a ellas, tratar de acomodar el trabajo en función a ese orden de prioridades. También es necesario registrar las necesidades laborales personales y con eso buscar un equilibrio. La vida en pareja se complica también. Pero a la vez es una prueba de amor, porque solo un amor verdadero puede resistir a la distancia.

—Con respecto a la actuación, ¿solés buscar roles que estén por fuera de los estereotipos? 

—Hoy por hoy no creo que muchos actores se den el lujo de buscar los roles. Solo por el hecho de tener trabajo uno debería ser muy agradecido. Pero sí, se puede decir que no a algo que no querés hacer, o que no lo sentís. Yo tengo que estar orgulloso del proyecto y me tiene que gustar mi personaje. Después el tema del estereotipo tiene que ver con el guión, la dirección y la actuación, más que con el personaje en sí mismo. Una de esas partes tiene que estar funcionando muy mal para que eso suceda. Las dos primeras opciones son elegidas por el actor y la tercera tiene que ver más con un grave error personal, que de hecho he cometido, pero de todos los errores se aprende.

—¿Cómo sigue el año en relación al séptimo arte?, ¿qué podés adelantarnos sobre tu próximo papel en el cine?

—Este año se van a estrenar dos películas en la Argentina: Punto muerto, un filme policial de Daniel de La Vega, en el que interpreto a un joven escritor de los años 40. Por otra parte, la segunda cinta todavía no tiene un título definitivo, pero la dirigió Tamae Garateguy. En esta producción interpreto a un médico cirujano que descubre algo muy oscuro en cuanto a sus deseos sexuales.

—¿Qué podés contarnos sobre la serie de la que formás parte en el exterior? 

—La serie que hago afuera se llama Señora Acero. Se graba en México, es emitida en Centroamérica y en el mercado latino de Estados Unidos. Ya hicimos tres temporadas y, gracias a la audiencia, comenzaremos las grabaciones de la cuarta en aproximadamente un mes. En sus inicios, giraba en torno a la temática del narcotráfico pero ahora se volcó a otras problemáticas como la inmigración y los límites de la frontera con Estados Unidos. Creo que este año están siendo los temas del momento, y todo lo que ocurra entre México y Norteamérica beneficiará mucho a la serie.

—Hiciste televisión, cine y modelás, ¿cuál es tu actividad preferida y por qué?

—Por lejos, mi lenguaje preferido es el cine. Es toda una pasión porque es donde puedo expresarme mejor, es el espacio en el que estoy contenido. En el séptimo arte es importante un pensamiento, una mirada, hasta los mínimos gestos. Fue a donde siempre aspiré llegar.

—¿Cuál es el vínculo que construiste con el público?

—Uno muy bueno. Me considero una persona normal, común y corriente. No pongo distancia y trato de que sientan eso, los respeto e intento no darles siempre lo mismo. A través de mi trabajo, busco sorprenderlos y hacerles sentir cosas.

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