entrevista
Silvia Kutika: “Con muchos deseos de que volvamos a tener una ficción nacional”
Dueña de una carrera plagada de éxitos, comenzó en Calabromas, participó de 90-60-90 modelos y ahora regresa a Pol-ka en la segunda entrega de un éxito nacional.
Dueña de una belleza que todo lo puede y un talento indiscutible a la hora de hacer roles en todos los lenguajes del arte, Silvia Kutika supo conquistar al público argentino con esfuerzo y carisma.
Mientras espera el estreno de la nueva serie Nada de STAR+, que fue creada por los ya renombrados Mariano Cohn y Gastón Duprat —una dupla que se las trae—, en la que comparte escenas con nada más ni nada menos que el más que aclamado actor de Hollywood Robert De Niro, nuestra artista argentina continúa con gran éxito con El cuarto de Verónica, una obra de teatro con la que ha recorrido las tablas del suelo nacional. Además, ya que nunca se queda quieta, participa de la ficción ATAV 2 de El Trece, ambientada en los años ochenta, en la que encarna nada más ni nada menos que al personaje de La Polaca adulta, que en la primera parte fue interpretado por Eugenia Suárez.
Durante una charla amena con este multimedio, hablamos con Kutika sobre la vuelta de la ficción a la televisión abierta y mucho más. Asimismo, recorrió su trayectoria, expresó las expectativas sobre las producciones actuales, analizó la escena y advirtió de los proyectos venideros y todos sus detalles.
—¿Cómo se vive la vuelta de la ficción a la televisión argentina? ¿Cuáles son las sensaciones que te rodean en estos momentos?
—Y, siempre es una fiesta. Es un momento muy festivo. Habiendo tan poca ficción, es un momento como sagrado. Y con muchos deseos de que volvamos a tener una ficción nacional. Porque de verdad hay ficción, pero son todas tiras turcas, brasileñas, colombianas, venezolanas.
—Con un contexto intenso y algo disperso, esta entrega va a ser la única que vamos a tener ahora…
—Me parece que, por ahora, va a ser la única.
—Y que además cuenta una etapa clave para todos, ¿cómo fue también viajar en el tiempo? ¿Qué elementos tuviste en cuenta para ponerte en la piel del personaje que ya había estado en la primera parte de esta novela tan exitosa?
—Es una etapa difícil, a mí me toca toda la etapa de la trata de personas, y mi personaje es el de la China Suárez, grande, de La Polaca, y bueno, suceden determinadas cosas, por las que ella trabaja ya hace mucho tiempo, rescatando chicas que traen desde otros lugares con la excusa de que van a conseguir trabajo. Bueno, muy actual también. Así que estoy en toda esta parte de la historia.
—¿Y cómo fue volver a los años ochenta, en especial para vos? Todo esto de la ropa, los peinados, la estética y todo lo que debe ser tenido en cuenta para una correcta caracterización…
—Este personaje es muy particular, todavía tiene toda esa cosa de “polaca”, digamos, en el vestuario no está tan marcado el tema de la ropa. Vi a las otras vedettes armarse con el peinado de la época, hay mucho cuidado en la producción, así que sí, es como volver en el tiempo. Es como el túnel del tiempo, pasa por ahí.
—Además de ATAV 2, estás con una obra que es un éxito, en la que funciona mucho el boca a boca, y ya no sé hace cuánto tiempo que lo estás haciendo…
—Yo no pude continuar por motivos personales, pero, por ejemplo, en Mendoza mis compañeros hicieron funciones con dos mil espectadores, lo mismo en Rosario, y es una obra que hacemos en cooperativa, así arrancamos como hormiguitas con mucha confianza.
—¿Y por qué creés que la gente se engancha? ¿Cuál sería la magia en particular?
—Porque justamente tiene eso el suspenso, y es un género que mucho no se hace, es como Agatha Christie... Bueno, el autor es Ira Levin, autor, entre otras cosas, de El bebé de Rosemary, y juega todo el tiempo con el espectador. Lo descolocás, porque no es que se le presenta una historia lineal al espectador y ya, no, tiene que ir a estar atento todo el tiempo. Y en determinado momento de la obra se le cambia el punto de vista, entonces tiene que modificar toda la historia y el final vuelve a sorprenderlo, así que todo el tiempo tiene que imaginar cómo sigue la obra.
—¿Hay algo más para este año? ¿Qué otros proyectos estás trabajando?
—No, el año pasado fue más movido y este viene más tranquilo.
—Es un montón.