entrevista

Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra: “La película es tanto chilena como argentina”

Una hija llega a la casa materna tras tiempo de no saber la una de la otra, allí revela un oscuro secreto que terminará por transformarlas para siempre.

Inspirada en hechos reales ocurridos en la secta de Colliguay, Antares de la Luz, Quizás es cierto lo que dicen de nosotras, dirigida por Sofía Paloma Gómez y Camilo Becerra, llega hoy a los cines. Protagonizada por Aline Kuppenheim y Camila Milenka, se basa en los hechos ocurridos en el año 2013, tras el trágico caso de un bebé expuesto en un ritual macabro. Hablamos con Gómez y Becerra para conocer detalles de la propuesta.

—¿Cómo están viviendo los primeros minutos en Buenos Aires antes de estrenar el proyecto?

—Camilo Becerra: Es la primera experiencia que tenemos en coproducción y generamos un lazo muy profundo con nuestros colegas y nuestras colegas de aquí. Hemos venido ya cuatro veces en el proceso de posproducción por la película en un año y medio, y estamos muy contentos al fin de estrenar acá porque la película es tanto chilena como argentina, así lo sentimos, porque los aportes de los colegas y las colegas argentinas ha sido decisivo.

—¿Era algo que sabían que iban a hacer?, ¿acompañar el estreno aquí?

—CB: Por supuesto, definitivamente era algo que nos interesaba muchísimo. En un momento no sabíamos si iba a suceder, estrenamos hace un mes en Chile, y estamos muy contentos de llegar acá con la película.

—¿Cómo surge la idea de la película y por qué decidieron trabajar la historia de esta madre y esta hija y los secretos que empiezan a revelarse?

—Sofía Paloma Gómez: Veníamos hace rato sabiendo que queríamos hablar sobre sectas, y nos parecía interesante trabajar con cómo esta dinámica de poder podía impactar en la intimidad de una familia. Luego apareció este caso y decidimos cruzar la película con el caso, para opinar sobre esto, cómo repercutía en la relación madre e hija y qué podía suceder a puertas cerradas.

—Claro, que justamente ahí es donde ustedes hacen mucho más hincapié, porque todo lo demás es algo que se puede buscar o que si bien ese puede ser en Chile, en Latinoamérica, también están. Además, ustedes decidieron encarar todo desde el vínculo madre e hija, ¿fue clave también encontrar a las actrices para que pudieran encarnar estos roles tan potentes que ustedes crearon?

—SPG: Nosotros empezamos a escribir con las protagonistas en la cabeza, las visualizamos en ese rollo, escribimos la película para ellas.

—¿Fue fácil convencerlas?

—SPG: Fue bastante fácil. Aline es una actriz muy ocupada, pero estuvo desde el principio, y pudimos coordinar para tenerla un mes. Y en el caso de Camila, ella es una actriz muy joven, con menos experiencia, pero también estuvo desde el principio.

—¿Cómo es un poco la dinámica de trabajo entre ustedes?, ¿uno está más con los actores, el otro con la cámara?

—CB: Siempre intentamos hacerlo de la manera más ordenada posible en la preproducción. Yo tendría que dedicarme más a la parte actoral y Sofía a la cámara y la imagen, pero la verdad es que cuando llega el momento del rodaje, la cosa se desordena bastante. En el fondo lo que nosotros siempre nos propusimos fueron muchas preguntas, y eso lo abrimos en el set. Entonces, al final fue un proceso bastante orgánico, pero finalmente toda esta organización que teníamos no se logró finalmente, sí fue algo más de diálogo.

—¿Cómo fue el trabajo con las actrices en el set?

—CB: El trabajo con ellas comenzó antes del set, sobre todo con Camila en la pre. Aline tiene más experiencia, así que con ella fue más convencional, desde el punto de analizar el personaje, ver qué objetivos tiene y qué la mueve, así que con ella fue más relacionado al tono. Pero con Camila trabajamos mucho, incluso en el rodaje, de escenas que respondían a estados emocionales que no estaban en el guion, para echar mano en el rodaje. La preparación era sacarla del set y que recuerde las improvisaciones que hicimos en la pre para que recupere eso en el rodaje. Así que la forma de trabajar con cada una era distinta e incluso Camila tiene las escenas más complejas e intensas y los estados emocionales serían imposibles de conseguir si no hubiéramos trabajado con ella en la previa, tratando de encontrar el personaje interno, porque ella oculta mucho, ver qué es lo que tiene adentro el personaje.

—¿Cómo fue recibida la película en Chile y cuáles las expectativas con el estreno aquí?

—CB: Generó bastante debate y tuvimos una parte de la crítica que fue bastante entusiasta y otra que fue más cuestionadora y eso nos parece superbueno, que genere la película defensores y detractores. En cuanto a la recepción del público, en Chile es difícil llevar a las salas de cine películas chilenas, y no estoy 100% seguro de que hayamos logrado romper esa barrera. Pero me quedé con la impresión de que hubo interés en la película, y hubo mucha conversación postpelícula, centradas mucho en cuanto al punto de vista y las preguntas, que la película plantea que es lo que buscamos. Hace tiempo estrenamos una película chilena, pero que se mostraba en un festival, no era un estreno de una película nuestra en salas argentinas, que eso es algo inédito para nosotros, así que la verdad nos gustaría que pasara un poco eso también. Como que la película, bueno, primero lleve gente a la sala y que, ojalá, también genere importantes discusiones y conversaciones en torno a lo que la película.

—SPG: Para nosotros es superimportante el foco de la película, siempre la pensamos como: ¿qué pasaría si le pasa esto a mi hija, a mi hermano, a alguien que conozco en una secta? Ese es el foco, qué pasa si no conozco a mi hijo y se me revela de una manera distinta. Así que nosotros buscamos interpelar de esa forma.

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