entrevista

Leo Espíndola: “La cuestión no es patear, es hablar”

El actor encarna a uno de los amigos de la icónica vedette trans en la serie que se ha convertido en una de las más vistas del universo online.

Ya está disponible completa en Flow, y el tercer episodio en TNT y Max de Cris Miró (Ella), la serie que revisa la vida de Cris Miró, quien en los años noventa fue una figura fundamental para la comunidad LGTB. Leo Espíndola encarna a uno de los amigos de la vedette y hablamos con él para conocer detalles de su trabajo en la serie.

—¿Cómo estás viviendo las repercusiones de la serie?

—Por un lado muy agradecido por esta posibilidad que se me dio, como a muchos actores y actrices que por ahí no tenemos la visibilidad que tienen otros, y justo para esta serie es buenísimo lo que nos está pasando. La verdad, el material, siempre digo que estamos hablando de una persona que tal vez algunas generaciones no la conocían y que ahora la están conociendo que no es menor, más los que sí estaban esperando que suceda esto. Y aparte de todo eso, ahora en lo real estamos viendo la respuesta de la gente y sobre todos sentimos el cariño, la volvieron a traer a Cris. Y es como que, le decía yo puertas adentro a Lucas Bianchini, el guionista, la hicieron trascender, que es un poco lo que está pasando ahora con ella y lo cual me parece que está buenísimo. Aparte es algo que también lo decimos en los equipos, digo, no importa lo que pase, siempre vamos a estar ligados a la serie de Cris Miró y es un gran orgullo.

—Es clave el equipo en este tipo de proyectos, ¿no?

—Sí, me parece que fue la gestión y todo el movimiento que vienen haciendo hace tanto tiempo Lucas y Martín Vatenberg. Porque, digamos, fueron los gestores de esto ya hace varios años atrás, viendo a ver si se daba la posibilidad de alguna plataforma, si se iba a jugar por esta historia. Digo, increíblemente a pesar de que estamos en el 2024, hay ciertos, no sé si hay prejuicios, hay una persona en la serie, Cris, y se habla sobre el tema de la identidad y de la construcción. Que hoy lo entendemos tal vez un poco más y hasta tengamos más información, pero realmente creo que muy pocas veces circula esto en nuestro día a día y ojalá que de a poco, o muy rápido, no importa, eso vaya cambiando. Pero devuelve a Cris y vuelve a traer las posibilidades de volver a hablar de muchas cosas, referenciando algo que no pasó hace 50 años, pasó en los 90, pasó ayer, y lo vimos en todos los medios, lo vimos en las entrevistas y demás. Y con respecto a los equipos, me parece que fueron seleccionando también personas, no por afinidad, sino más bien por una calidad y una calidez para ver si podía entrar en este tipo de material y si se iban a acoplar a ser un equipo realmente. Que todo esté nucleado y fue muy genuino y nada forzado el hecho de trabajar en conjunto. Fue un equipo grandísimo y todos íbamos para el mismo lugar y no es una pose, realmente lo viví y lo sentí así. Me parece que también en el producto se ve, y te lo puedo decir, que siempre han tenido la mejor predisposición. Nunca recibimos órdenes, sino más bien lineamientos, instancias de ensayo, que es muy difícil también, y se vio la posibilidad en este caso nuestro de ser lo del grupo de amigos de Cris, de crear vínculos, porque en las actuaciones es muy difícil para poder sostener durante toda la serie ese tipo de mundo.

—Esta es una posibilidad de que el gran público te empiece a ver más allá de toda la experiencia que ya tenés…

—Es una vidriera y eso está claro. Los que estamos en esto sabemos a veces o siempre es necesario estas posibilidades que no siempre están a la orden del día o que no tenemos la invitación. Yo hago esto hace mucho tiempo, lo cual agradezco esta oportunidad, de los 13 años hice el Conservatorio, hice mucho teatro y espero seguir haciéndolo, y esta posibilidad de la serie me parece que fue un momento que lo esperaba y estoy muy agradecido.

—¿Cómo fue viajar a los 90?

—Yo nací en el 89, entonces en esa época era superchico, lo vivía desde los objetos, de esos muñecos que ahora dan miedo, pero en ese momento jugábamos con eso, se vivía de otra manera. La gente tan bronceada, ese culto del sol que había de esa época también, y de la fiesta, una cosa completamente opuesta en el sentido del momento, porque yo era un niño y ahora en la serie estoy haciendo un personaje muy arriba que es de la noche. Y claramente yo no soy de esa generación, con el tiempo después supe de ella y ahora cuando empezamos a trabajar nos tuvimos que embeber de nuevo con todo lo que fue su paso. Hay momentos que, bueno, en la serie lo pueden ver, fragmentos documentales de Cris y con una simpleza dice cosas tan necesarias para no olvidar, aunque en la actualidad que vivimos era una mina adelantada y no lo sabía, lo vivía, y me parece que eso es algo. Que a la distancia uno piensa cómo sobrevivió a ese momento con la inteligencia de una grande. Hoy digo que yo creo que no tengo esas herramientas, me parece que iría al choque, pero ella no, ella entendió que no, y pudo flanquear muchas situaciones, era parte de lo que traía y convocaba. Ella estaba dispuesta a pelearla y a trascender de la manera que trascendió, pero no exponiendo todo, sabiendo y haciéndolo como solamente los grandes pueden hacerlo.

Una nueva época, con los mismos desafíos

—Hoy el paradigma ha cambiado, pero, ¿qué te pasa cuando hoy en día seguís escuchando las mismas preguntas a Mina Serrano, por ejemplo, la protagonista? Casi las mismas que le hacían a Cris Miró...

—Hay que separar un poco las cosas y en esto no quiero quedar bien con Dios o con el diablo, pero hay que también distinguir las cosas, digo, uno puede tener una apreciación por entender menos, entender más, por acordar o no acordar con una cantidad de cuestiones y yo lo entiendo. Yo nací en el 89, mis padres nacieron en el 53 y les costó mucho también aceptar tener un hijo gay, y así te digo una mínima parte, tal vez a otras personas le pasaban otras cosas. El tema para mí sigue siendo esto, los medios de comunicación, la responsabilidad de tener un micrófono adelante o un medio todos los días con la implicancia que tiene, con la opinión que genera eso. Entonces, cuando solamente se menciona a boca de jarro, sin ningún tipo de información o poniendo una valoración personal, ahí tenemos un gran problema. Después, si uno sigue coincidiendo o no con la vida que lleva el otro, la otra, va por otro carril. El tema es cuando se empieza a transitar lugares solamente porque en la coyuntura hace que tengas que ir a esos lugares y no estés preparado, no te importa, te dé lo mismo. Y vuelvas a poner una valoración siempre negativa, por lo general, personal, sobre la otra persona, siendo una persona que tiene un medio de comunicación en frente. Eso me parece gravísimo. Después, si hay alguien que no entiende, bueno, tendremos que repensar muchas cosas porque es importante siempre hablar de sexo y género, que no son la misma cosa. Vamos a tener que seguir hablando muchísimas veces más. Si la serie trae a colación que tengamos que seguir hablando, golpeando puertas para hablar, porque la cuestión no es patear, es hablar. Creo que todos estamos dispuestos, y todas, porque siempre lo hicimos, tuvimos que explicar muchas veces por qué sí o por qué no tal cosa, por qué no queríamos jugar a la pelota, por qué no queríamos ser abogados, por qué tuvimos el deseo, que no iba con los intereses de la mayoría, lo haremos.

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