Entrevista exclusiva
Sofía Palomino: “Volver al set fue hermoso, pero el cuerpo está desestabilizado”
Con un sello actoral propio, la talentosa intérprete busca arriesgarse en cada rol. En su última producción, propone para el espectador un juego de amor y odio con su personaje, una joven en tránsito.
Con la actuación en la sangre y abriéndose camino con una serie de roles más que interesantes, Sofía Palomino estrenó recientemente en Cinear Emilia, ópera prima de César Sodero.
En la propuesta encarna a una joven que regresa al pueblo donde nació, muy a su pesar, y comenzará a recuperar vínculos del pasado y otros que ni siquiera imaginó tener. Diario Hoy dialogó con la actriz para saber detalles de una propuesta en la que se luce, y además obtener detalles de su vida en pandemia y próximos proyectos.
Muchos tendrán identificada a Sofía Palomino como “la hija de”, pero lo cierto, es que a paso firme, la actriz supo forjarse una carrera en diferentes soportes que la posicionan como una de las más talentosas intérpretes de su generación.
En cine debutó en El amigo alemán, junto a Celeste Cid, en Refugiado, junto a Julieta Díaz, pero es gracias a Kryptonita, en donde encarnó a Cuñataí, que el gran público le dio reconocimiento. Luego se sucederían el protagónico de Una hermana, su participación en la notable Muere, monstruo, muere, y ahora en Emilia, película que debutó en Festival Internacional de Cine de Rotterdam y pasó por los festivales Asterisco y el de la Habana, entre otros.
— ¿Cómo viviste este 2020 tan extraño para todos a nivel laboral y personal?
— Estaba filmando la película Jesús López, de Maximiliano Schonfeld y nos agarró la cuarentena. Empezó la cuarentena con un rodaje, paró, y ahora volví a Entre Ríos a terminarla. Me agarró en medio de un proyecto y fuera de casa, en un pueblo muy inhóspito, y cuando acá estaban todas las alarmas, allá no se percibía la euforia del virus. Después en cuarentena trabajé con Marina Glezer, que coordinó el programa de radio teatros. Escribí uno y lo actué con una amiga, y pude hacer algunas cosas con cineastas que vivían cerca.
— ¿Qué sensación tuviste al volver al set?
— Muy movilizante, porque también tuve mucho tiempo en soledad, y es volver, convivir con el equipo, fue hermoso hacerlo pero el cuerpo está desestabilizado, de siete meses de estar guardado fue salir, pero feliz, es volver a trabajar un poco hasta que esto vuelva a explotar, porque sabemos que se viene una segunda ola, pero es revitalizante.
— ¿Cómo ves el lanzamiento online y en TV de Emilia?
— Creo que llegará a más gente, ojalá. No fui a Rotterdam. Fue algo frustrante, al principio, el no poder ir a festivales, gané un premio en el festival de Perú, en Lima, me hubiera gustado estar, también estuvo en La Habana, fue una pena, es irremediable. Pero ya a esta altura del partido me gusta que la película se vea, me han escrito de otros países donde se vio y es la primera vez que me pasa, Emilia les produce muchas sensaciones y se quedan pensando en la película, así que estoy re entregada a este formato, y que sea lo que sea.
— Tal vez más adelante se pueda ver en sala…
— Sí, sería hermoso, ojalá.
— Emilia, el personaje, esconde algunas cosas, regresa a su pueblo pero no mucha gente la quiere y espera, ¿cuál fue el mayor desafío de encarnarla?
— Desde lo actoral fue hacer que Emilia no quede sólo en un lugar como de “la caprichosa”, como la piba que va y hace cualquiera, ese era el desafío que me planteaba el guion, encarnar lo que hacía desde un lugar sensible, más allá del resultado de lo que ella hace, para poder percibir otras capas. A primera vista al leer el guion pensaba por qué hacía todo tan mal, tan errática.
— De hecho el director me comentó que tuvo devoluciones de gente que ama al personaje y otras que lo odian…
— Sí, eso pasa muchas veces en el cine, como un híbrido.
— Uno puede imaginar la respuesta, por el legado de tus padres Adriana Ferrer y Juan Palomino, pero ¿cuándo supiste que ibas a actuar profesionalmente?
— Estudiando, de grande empecé a estudiar teatro, bah, grande no, 17 años, conozco intérpretes que lo hicieron de más chicos. Fui a clases de actuación, o mismo mi madre me ofrecía, pero no me interesaba. Y en un momento más adelante tomé clases y me di cuenta que era algo que resonaba en mí y así decidí, porque había que elegir algo, intenté entrar al IUNA, no entré, fue re frustrante, entonces seguí con Nora Moseinco y Federico León, y todo fue en las clases, en ejercicios, improvisando, me di cuenta que iba por ahí.
— ¿Cómo elegís los roles en cine?
— Hay algo que es medio vibracional de uno, como que atraes proyectos que van en la búsqueda de uno. Los que hice los últimos años tenían que ver con una búsqueda afín, quizás sueña un poco místico y no lo quiero ser, hay algo de atracción, me interesa un tipo de cine que no es casual que es el que le gusta a los directores y directoras con los que trabajo. Me gusta mucho el cine en todas sus capas. Tampoco puedo decir que vivo rechazando proyectos, pero me siento afortunada porque las películas que hice las hubiera elegido para ver.
— Eso no es algo menor…
— Claro.