Soledad Silveyra y Verónica Llinás una dupla imparable

Dos de las actrices más queridas de la Argentina vuelven a la calle Corrientes con uno de los grandes sucesos de los últimos años.

Soledad Silveyra y Verónica Llinás son las protagonistas de Dos locas de remate, de Ramón Paso, que bajo dirección y adaptación de Manuel González Gil presenta su cuarta temporada en el teatro Astral de Buenos Aires. Para saber más sobre el trabajo en conjunto y esta comedia que arrasa en premios y público, diario Hoy ­dialogó en exclusiva con ambas.

—Cuando les ofrecieron por primera vez la obra, ¿imaginaron que se iba a convertir en el éxito que finalmente es?

—Soledad Silveyra: No.

—Verónica Llinás: No.

—SS: Es más, no nos gustó del todo la obra, y después cuando supe que iba a estar Vero dije: “La voy a hacer, porque algo voy aprender, que es algo lindo de esta profesión, porque venimos de lugares distintos”. La verdad es que estoy orgullosa de nosotras, porque nos hemos peleado, insultado, de todo, pero pudimos con todo, y pudimos porque entendimos que nosotras, como mujeres, no teníamos que entrar en ninguna grieta de nada. En el teatro se nota todo, si no tenemos buena onda la gente se da cuenta, y las dos tenemos los mismos valores, y eso lo conseguimos como actrices y como personas.

—¿Por qué no les gustaba la obra original?

—VL: La fuimos adaptando porque el director hizo una primera adaptación de la obra de Paso, y se estrenó en España, pero el público es distinto y le pusimos cosas, adaptamos en conjunto, y fue difícil. Estoy también orgullosa del camino que pudimos hacer como obra y artistas, de encontrarle una forma para nuestro público y como personas saber que a pesar de la competencia que el escenario provoca, siendo dos mujeres, solas, haber moldeado eso para que durara tanto tiempo.

—SS: Entendimos que la grieta no podía pasar en el escenario.

—VL: La obra habla del hermanazgo, y lo que pasa en el escenario se refleja, somos dos actrices que tenemos una relación de muchos años, cercanía y se va generando cierto hermanazgo donde las peleas y puteadas, gritos, suceden, pero acá estamos, y esto que tenemos es valiosísimo, y no congeniar con otro sería un fracaso, pero lo peleamos y acá estamos muy contentas.

—¿Cambió mucho la obra desde el estreno?

—SS: Vení vos y decinos qué está diferente.

—VL: Tenemos mucho más recorrido y permisos en cuanto a la letra, le encontramos cierto ritmo a la obra, estamos seguras, editamos, cortamos, establecimos más libertad en cuanto relación con el público, como personajes y actrices, lo bueno es que la obra está viva, no es que hacemos siempre lo mismo. Es una obra lúdica.

—¿Qué cosas les gustan de cada una?

—SS: Con Vero me llevo muy bien en la vida y en el escenario la respeto profundamente, muchas veces me enoja, pero hablamos y salimos adelante, pero fundamentalmente es una enorme alegría. A nivel personal la obra me hizo crecer mucho, entendiendo al otro, escuchando cuándo tengo que hablar y entrar, es una experiencia enriquecedora para mi persona.

—VL: Para mí también, y de alguna manera la siento a Sole complementaria en la obra. Ella siempre me encantó, me parece sumamente veraz, verosímil, siempre le creí, y yo dedicándome a una actuación nada realista, otro tipo de teatro, pero cuando la veía decía: “Qué gran actriz”, porque ella siempre superaba la obra. Haber podido sacar un común denominador de las dos está bueno. Y en lo personal somos muy distintas, ella es muy emocional, eso a veces me hincha las pelotas, y yo pienso que a ella le debe hinchar lo poco emocional, el pescado frío que soy yo, que me cuestan las expresiones de cariño, y ella es muy cariñosa, no conmigo, pero con todo el mundo y estamos aprendiendo a relacionarnos todo el tiempo. Siento su respeto y espero que ella lo sienta, aunque a veces me recrimina, pero que tiene que ver con esta condición de corta, no me vas a ver halagando, y que te diga “muy bien” es un montón. Me gusta que ella no tiene empacho en pedir disculpas, y eso es muy loable.

—SS: Lo importante es que la gente sale hablando de las dos y el hecho de cómo construir la obra, una más débil que la otra, que la gente se sorprende que podamos construir lo que construimos.

—VL: Y hablan de la química, que nos ­trasciende.

—Salgo de la obra, ¿viste Gran Hermano?

—SS: No lo veo, circunstancialmente lo sigo, pero no estuve en Buenos Aires, desde que terminamos la gira con la obra estuve viajando, mucho tiempo afuera, por tres meses, así que estoy desconectada; leía noticias, porque no puedo dejar de informarme.

Noticias Relacionadas