ENTREVISTA EXCLUSIVA
“Todo lo que hemos hecho juntos anticipa que seguiremos haciendo nuevas cosas”
En diálogo con diario Hoy, Ramiro García Morete, vocalista de Las Armas Bs As, contó cómo vivió la banda el lanzamiento de Incógnito en tiempos de pandemia y lejos de los escenarios
En el 2013, la ciudad de los diagonales fue la sede que dio origen al dúo llamado Las Armas Bs As. Con el tiempo se sumaron dos integrantes, y el cuarteto de rock integrado por Ramiro “Mister” García Morete (voz y guitarra), Joaquín “Pinky” Inza (batería), Ezequiel “Longa” Gómez (bajo y coros) y Lucas Gregorini (guitarras y coros), produjo tres discos: VOL1 (2015), El camino elegido (2018) e Incógnito (2020). En el marco de su último lanzamiento, su vocalista conversó con el diario Hoy y contó cómo viven esta presentación en un contexto tan atípico.
—Suelen encasillarlos dentro del blues, soul y rock & roll, ¿cómo definen ustedes su sonido?
—Jamás tuvimos ninguna objeción en reconocer que el punto de partida eran sonidos tradicionales, pero no desde una mirada continuista o conservadora, sino todo lo contrario. Y ese fue el punto de partida para llevarlo hacia un lugar absolutamente inesperado o de libertad, porque también fue muy vinculado a ciertas proclamas metafóricas sobre la supuesta previsibilidad de la llanura. Entonces, por un lado, dejamos en claro que nosotros íbamos a tocar esos géneros como personas nacidas en este lugar del mundo; y por otro, erradicamos la idea de que en esa llanura que representa la provincia es todo previsible, porque, por el contrario, está lleno de historias extraordinarias. Creemos que hay asombro en todo lo que nos rodea y que a veces es mucho más difícil generar una voz nueva y propia en lugares donde ya se anduvo. Entonces, nosotros nunca tuvimos la pretensión de la originalidad, sino de la autenticidad. Sabíamos que no nos iban a salir esos géneros ni bien ni mal, sino que nos iban a salir de nuestra manera y, lejos de cercenarnos, nos proveía de muchísima libertad.
—A lo largo de los años pudieron mantener la esencia de grupo, ¿cuál es el secreto para no perder el eje?
—Por empezar, nosotros planteamos cada disco como un universo, como un pequeño mundo. Pero en estos tres discos hay una suerte de hilo conductor. Es decir, el primero traza más como el espacio abierto y la gran llanura; el segundo, llega a la ciudad y se vuelve más político; e Incógnito, ya responde más los vínculos más privados y a espacios más cerrados. Todo esto lo digo para remarcar que disco a disco hay continuidad, pero a la vez hay cambio; y me parece que también es la clave, es decir, no es cambiar por cambiar, sino que es una identidad móvil. En definitiva, así como una persona, la banda es un ente vivo y dinámico.
—Vos dijiste que cada disco es un universo, pero que tiene un hilo conductor, ¿fue algo buscado o sucedió naturalmente?
—Pensar los discos como relatos hace que vayas seleccionando las canciones que se sujetan a ese relato que planteás. Y, asimismo, el hecho de que la banda haya nacido con premisas muy claras y un universo marcado, pero a la vez libre y amplio, hace que en cierto punto ese camino esté marcado.
El presente continuo
—¿Cómo vivieron el lanzamiento en un año tan atípico?
—Nosotros ya teníamos pautada la salida para abril y coincidió con el comienzo de la cuarentena. Si bien sabíamos que estratégicamente no era lo más conveniente, nos pareció anecdótico el devenir de una banda de rock con un proyecto artístico en relación a una situación trascendental, histórica, y preferimos no especular y lanzarlo. Y es una forma de estar en contacto entre nosotros.
—¿Qué balance hacen de estos siete años juntos en la escena musical?
—Es extremadamente difícil sintetizar cualquier relación y mucho más cuando está sujeta a un proceso creativo. Pero a modo de síntesis puedo decir que todo lo que hemos hecho juntos anticipa que seguiremos haciendo nuevas cosas, más allá de las adversidades y los logros que nos ocurran. Nos queremos mucho y la idea es seguir juntos.