Un documental, tres bandas y la escena platense de fondo

Con recitales en vivo, se presenta hoy el trabajo cinematográfico que aborda los caminos de La Teoría del Caos, Las Armas Bs. As. y Los Valses, y que refleja una forma de hacer canciones y vivir la música 

Era una casa, pero no. En un típico barrio platense de adoquines y tilos, al lado de una mansión, la puerta de un garaje oficiaba de entrada a “La Comu”. Músicos, artistas, amigos y conocidos pasaban sus horas allí, en un sillón o en un colchón tirado en el living, en una sala de ensayos improvisada, fumando en un pequeño patio junto a la cocina, bajo el póster de Bill Murray. Zapadas, recitales interminables, camaradería y mucho respeto. En esas “noches eternas” la realizadora Florencia Brocchi conoció a los protagonistas del documental que presentará hoy, desde las 21, en 67 y 117, llamado A lo mejor tienen diferencias irreconciliables (o no) que el gran público no conoce. 

Además de ser la letra de una canción de Pablo Matías Vidal, ese es el nombre de la producción que recorre los caminos de tres bandas platenses: La Teoría del Caos, Los Valses y Las Armas Bs. As. El estreno será en el marco de recitales: cada grupo tocará sus canciones y, en medio de la noche, se proyectará el filme. “Ese es el hábitat del documental. Me parecía frío estrenarlo en una sala. Para mí pertenece mucho más a lo musical que a lo cinematográfico”, dijo Brocchi en una charla con este medio, donde habló de algunas de las preguntas que aborda en su trabajo: el proceso creativo de una canción, la figura del líder en un grupo y las cuestiones estéticas, conceptuales e ideológicas de las bandas. 

—¿Por qué elegiste retratar el camino de estos grupos?

—Hay un recorrido común que tienen sus integrantes, pues casi todos formaron parte de un mismo sello independiente de La Plata, que se llamó Uf Caruf. La historia que comparten termina desembocando en estas tres bandas. Además, a la mayoría de ellos los conocí en 2008, en “La Comu”, y me pareció que se podían abordar las preguntas que nos hacíamos. Un día dije: Esto tenemos que grabarlo. 

—¿Qué aspectos de lo musical aborda el documental?

—Se cuestiona la figura del líder. Nadie se quería reconocer como tal, pero el espectador ve esa figura y se generaron debates interesantes al respecto. Surgieron cuestiones humanas, propias del grupo y de todo lo que provoca trabajar de forma independiente. 

Hay un millón de cosas que se comparten, más allá del ensayo y la música. Los vínculos humanos, la amistad, la química y el entendimiento de tocar en vivo y compartir eso que, en definitiva, es lo que te lleva a hacer lo que te gusta. Por otra parte, se abordan cuestiones estéticas, ideológicas y conceptuales. Me interesaba desgranar el proceso de una banda, desde la canción.

—¿Cómo se construye la canción?

—A partir de acompañar a los chicos en sus recitales, en los ensayos, de compartir charlas y tópicos, descubrimos que la canción por sí sola no es nada. Cuando llega a la sala, se va armando con la química y el entendimiento que se genera en el ensayo. Ahí todos arman la canción, aportan y se acomodan a la idea. 

Hay temas que se destrozan y terminan siendo algo muy distinto, porque es la mirada de todos la que confluye. De los primeros ensayos hasta que llega al recital en vivo, hay un proceso que incide en la interpretación, en cómo se siente la letra. 

—¿Cómo abordaste lo ideológico?

—Lo ideológico tiene que ver con cuáles son los tópicos que predominan. En Las Armas Bs. As., por ejemplo, estos se podrían englobar en la pérdida de la fe, el amor y el desamor, Dios y la muerte. En La Teoría… hay otros colores, otras decisiones estéticas vinculadas a las canciones de su último disco, que retrata su momento actual. En Los Valses, por su parte, es muy fuerte la idea de la ruta y el viaje. La tapa de su último trabajo es un paisaje dentro de ellos: te están invitando a viajar juntos con su música. En todo esto hay decisiones vinculadas a lo estético, lo conceptual y lo ideológico. 

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