Una bella obsesión llamada Star Wars

La apuesta no podría haber salido mejor para Disney. Rogue one se estrenó el jueves en todos los cines del mundo y se convirtió en un furor

En los últimos minutos de la noche del pasado miércoles, los cines platenses, los porteños, los de cada capital del mundo y, en fin, todos los de la galaxia conocida tuvieron una inusual imagen: filas de personas esperando la única película del año que tuvo múltiples funciones de estreno de trasnoche y en medio de la semana. Rogue one: una historia de Star Wars es la segunda aventura de la saga galáctica que Disney lanza al mercado cinematográfico desde que compró los derechos a su padre y creador, George Lucas, por 4.000 millones de dólares. 

Más allá que la inversión multimillonaria que el gigante del entretenimiento desembolsó fue inmediatamente recuperada, tanto por rom­per las taquillas como por el merchandising derivado de los nuevos y viejos personajes, lo que se logró trasciende lo material, y se acercó a las mejores sensaciones humanas. Esas filas de gente unían a dos generaciones disímiles: la llamada “generación X”, esa que según los expertos nació antes de 1982, y los millenials. 

Ver familias enteras pasada la medianoche en diciembre, sin contar Navidad y Año Nuevo, es un buen síntoma de que Star Wars logra unir dos mundos diferentes porque tiene con qué, desde su estreno en 1977 hasta su renacimiento del año pasado. 

La igualdad como premisa

Hay dos grandes aciertos de la producción previos al relanzamiento de la franquicia más querida de la historia cinematográfica: el rol de la mujer y la diversidad cultural.

Rey (Daisy Ridley), la heroína de Episodio VII: el despertar de la fuerza, y Jyn Erso (Felicity Jones), la líder de un grupo multiétnico y de diversos orígenes que hará lo imposible por derrocar un imperio totalitario, son síntomas de un reclamo a gritos del género femenino que en los últimos tiempos se oye cada vez más fuerte. Cuando Rey le dice a Finn (John Boyega) “no necesito que me tomes de la mano para correr”, o cuando Cassian Andor (Diego Luna) acepta el liderazgo de Jyn Erso, se está dando uno de los mensajes más potentes posibles sobre el rol que la mujer merece tener en estos tiempos. 

Es por eso que esas filas le dieron otra fisonomía a la madrugada del jueves, en la que madres, padres, hijos e hijas, grupos de amigos y parejas repitieron en todas partes del mundo un aplauso cerrado y una ovación al término del último fotograma. Todos ganan con Star Wars.

Los números de un éxito imparable

El tanque que Disney y Lucasfilm se tenían guardado para fin de año ya batió récords en solo tres días en cartelera. Sin contar el domingo lluvioso que llenó las salas de todo el país, Rogue one: una historia de Star Wars, dirigida por Gareth Edwards, ya había sido vista por 101.630 personas. Esta cifra fulminó como la estrella de la muerte a la competencia, ya que la segunda más vista fue Sully, que llevó 18.652, y el otro estreno de la semana, la muy recomendada La llegada, llevó 17.153 espectadores.

En Estados Unidos, fue el estreno más visto del año en su primer día, con US$ 29 millones, superando a Batman vs. Superman y Capitán América: guerra civil. 

Noticias Relacionadas