ENTREVISTA
Una obra más real que la del mundo, la exquisitez experimental
En diálogo con este multimedio, Ignacio Pereyra León presenta la pieza performática que protagoniza en el cementerio de la Chacarita.
La compañía teatral La mujer mutante pone en escena Una obra más real que la del mundo donde proponen una caminata por el sexto panteón, una obra ideada por Ítala Fulvia en pleno corazón del cementerio de Chacarita.
El elenco está conformado por Flor Sánchez Elia, Milva Leonardi, Nahuel Caputto, Victoria Roland e Ignacio Pereyra que dialogó con diario Hoy sobre los detalles de esta propuesta. Además las funciones tienen lugar los días sábados y las entradas pueden adquirirse mediante la página web de Alternativa teatral.
Por último, el equipo termina de completarse con Matías Coulasso; Valeria Junquera; Uriel Cistaro; Adriana Baldani, Emanuel Nem; Patricia Mizraji; Francisco Castro Pizzo; Nadia Lozano; Federico Pereyra; Macarena Trigo; Micaela Zaninovich Romina Trigo; Gonzalo Bao y Agostina Botta; Natacha Visconti; Juan Coulasso y Victoria Roland
—¿En qué proyectos teatrales estás inmerso en la actualidad? ¿Cuáles proyectos destacás?
—Primero que nada en un hecho teatral titulado Una obra más real que la del mundo que se lleva a cabo en un cementerio de la Chacarita que consta de cien hectáreas. Este espacio está ubicado en el corazón de Buenos Aires y está casi en el centro de la ciudad. Es una suerte de páramo, una vez allí, no podés creer que estés rodeado por semejante ciudad.
—¿Cómo surge esta propuesta artística y performática con estas características excelsas? ¿Qué especialidades tiene el hecho de actuar en espacios no convencionales, históricos e intimistas?
—Fue medio accidental porque la idea era hacer la obra en el barrio donde solemos experimentar con la compañía. Allí comenzamos a circular y llamamos a esta experiencia como “caminatas a la deriva” y fue un momento divino. Teníamos determinadas reglas como no tener el teléfono, no se podía hablar y la única certeza era un guía que se hacía cargo de nuestro recorrido. En esta instancia fuimos a una radio, a un edificio pero también a una estación de ferrocarril, una fábrica de acordeones. Pasamos por muchos lugares y lo más cotidiano que había en este barrio de Chacarita era su cementerio. En un momento dado, ingresamos allí y fue accidental. Entonces, un buen día, nos dijimos entre los cinco actores que participamos que debíamos preparar alguna cosa performer. Así se dio mientras recorríamos estos espacios. De esta manera, el cementerio empezó a cautivarnos. Aun más este sexto panteón que está en un espacio subterráneo. Fuimos yendo de afuera hacia adentro, a lo más profundo. También desde adentro hacia abajo, son cuatro pisos de mas nichos. Allí aparece el nombre de Ítala Fulvia Villa, una arquitecta argentina, a la que le rendimos una especie de homenaje. En esta vorágine de investigación, pudimos conocer más sobre su perfil que estuvo invisibilizado por décadas bajo el nombre de Clorindo Testa, otro profesional que diseñó la Biblioteca Nacional, entre otros proyectos arquitectónicos. En este sentido, la investigación estuvo llena de complejidades porque a medida que indagábamos, seguía apareciendo información. Hay millones de nichos allí abajo. Por ejemplo, existe la información de que el cantante de Rata Blanca, Adrián Barilari, trabajó allí pero lo niega porque no le agrada hablar de ello. La obra se basa en tres circunstancias: La historia del cementerio, la de Ítala y la de los rituales funerarios.
—¿Tiene carácter transitorio? ¿Cómo se explica la evolución del hecho teatral?
—Sí, porque se trata de un recorrido. Dura dos horas aproximadamente. Lo más importante, es que hay algo que allí sucede, en especial con el tiempo, que no te das cuenta de su traspaso. Nos sucedía a nosotros con el tiempo y la espacialidad en los ensayos. Es decir, hay puntos de fuga donde te parás y casi que no ves el final, también pasa desde lo cinematográfico y lo temporal que es propio de ese lugar y no puedo explicarlo con esto más de lo que digo.
—¿Qué destacás de esta experiencia? ¿Qué génesis podrías revelar?
—Es imposible despegarse de la idea de la muerte ni dejar de pensar en ello. Hay una persona, una familia, historias, entre otros. Estamos pensando dónde está la muerte, la vida, qué pasa después, qué limites hay. Me cambió la cabeza en cómo penamos la muerte. Veo estos rituales como hermosos, únicos, entre otros. Te hace pregunta y lo interesante es que no tenemos momentos bajos, golpes, solo hablamos de lo histórico.