A los 72 años, murió el pintor argentino Ernesto Bertani

Alberto Fernández despidió al "Ilusionista de Ituzaingó" a través de sus redes sociales.

El artista plástico Ernesto Bertani, conocido como el "Ilusionista de Ituizaingó" por las metáforas visuales de sus obras artísticas, en las que aborda con agudeza una mirada crítica de la realidad y problemáticas sociales como el poder y el autoritarismo, falleció el último domingo en Lomas del Mirador a sus 72 años.

El artista plástico nacido el 3 de febrero de 1949 en el barrio porteño de Villa Devoto había sido internado dos meses atrás por un accidente cerebrovascular. Sus obras forman parte de la colección del Museo Sívori y del Palais de Glace, así como también de colecciones privadas de políticos, periodistas y escritores de Argentina y del mundo.

“Con enorme pesar supe del fallecimiento de Ernesto Bertani, un hombre que desplegó su arte con el uso de su aerógrafo sobre lienzos, tapices o casimires. Sus obras siempre fueron y seguirán siendo objeto de mi admiración. Mis sinceras condolencias a quienes hoy ya lo extrañan”, escribió en su cuenta de Twitter el presidente Alberto Fernández.

Por su parte, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, una de las que posee obras de Bertani, desde sus redes sociales se despidió del artista: "Ante el fallecimiento del reconocido artista plástico Ernesto Bertani, quiero expresar mis condolencias a su esposa, a su familia y amigos".

También el Ministerio de Cultura de la Nación despidió en sus redes al artista: "Fue un pintor y escultor con estilo propio. Recibió varios reconocimientos a lo largo de su carrera y su obra integra la colección de museos públicos de nuestro país como el Museo Sívori y el Palais de Glace", mientras que por su parte, el intendente de Ituizaingó, Alberto Descalzo, escribió: "Con profundo dolor, nos toca despedir a Ernesto Bertani, inmenso artista, talentoso, amable y generoso. Mis condolencias a su familia y amigos en este difícil momento. Hasta siempre, Ernesto".

Este artista plástico vivía y trabajaba en Parque Leloir, Ituzaingó, Provincia de Buenos Aires. Era considerado por la crítica como un pintor urbano porque en sus obras está el pulso de las grandes ciudades. Destacaba en el uso del aerógrafo y era considerado el "Ilusionista de Ituzaingó".