Científicos revelan el misterio de las estatuas de la isla de Pascua
Un grupo de arqueólogos descubrió la ingeniosa técnica que los rapanuis utilizaron para colocar rocas talladas de 13.000 kilos sobre la cabeza de las gigantestas estatuas
Hasta ahora la construcción de las gigantescas estatuas llamadas moáis en la isla de Pascua, en Chile, era todo un misterio. Tampoco se sabía cómo fueron colocados los enormes sombreros de piedra sobre ellas.
Sin embargo, con el uso de modernas tecnologías, los científicos lograron develar el misterio.
Los moáis y sus sombreros, llamados pukaos, se fabricaban usando dos tipos de rocas volcánicas. Por lo cual, las dos partes de las estatuas provienen de lados opuestos de la isla.
De hecho, tanto los moáis como los pukaos fueron elaborados a decenas de kilómetros del lugar donde finalmente fueron colocados. En consecuencia, los científicos señalaron que el transporte y “unificación” de las dos partes fue un trabajo muy complicado.
Para poder determinar cómo se desplazaron las gigantes piezas de piedra, los autores del estudio analizaron los indicios y rastros que quedaron sobre ellas. De este modo lograron descubrir cómo fue posible moverlas sin talar los bosques y sin la participación de toda la población de la isla.
Los sombreros, que llegan a pesar 13 toneladas, se colocaron sobre las cabezas de las estatuas moáis usando la técnica de “parbuckling”. Se trata del mismo sistema de planos inclinados y cuerdas que siguen usando los europeos para, por ejemplo, recuperar barcos naufragados.
Ls moáis estaban hechos de tal modo que al ser inclinados siempre volvían a su posición vertical. Además, la parte frontal de su base era más baja, lo que permitía adelantar la estatua al ser inclinada.
Prueba del uso de esta técnica son también todas las estatuas que cayeron en el proceso y se quedaron a medio camino de su destino en la isla. Todo ello indica que los habitantes chilenos podían mover los moáis haciendo “pasitos” al inclinarlos.
En cuanto a los pukaos, los rastros apuntaron que estaban solo parcialmente fabricados antes de ser transportados. Ello permitía iniciar la pieza en la cima del monte donde estaba la pedrera y finalizarla in situ antes de colocarla sobre las cabezas de los moáis.
Una de las pruebas es el hecho de que algunos pukaos que fueron abandonados a medio camino eran considerablemente más grandes que aquellos colocados sobre las estatuas.
El descubrimiento fue posible gracias al uso conjunto de métodos arqueológicos, la física y el modelado virtual. Si bien mucha gente propuso ideas respecto a este tema, esta es la primera vez que se presentan pruebas arqueológicas.