Con sello italiano

Una de las plazas más céntricas de la ciudad se caracteriza por haber sido creada bajo la influencia de dicha nacion europea

La Plaza Italia está recostada sobre la avenida 7 y las diagonales que la cruzan crean uno de los puntos de tránsito más concurridos por los platenses: es un festival de colectivos, autos y bicicletas. A pocas cuadras se encuentra la estación de micros y, a unas tantas más, la de trenes. A su alrededor hay comercios, edificios, estaciones de servicio y ministerios.  

Pero no fue siempre fue la Plaza Italia: en sus orígenes se la llamó “Plaza del Ministerio de Hacienda”, y en 1895 se la renombró como la conocemos ahora. 

¿Por qué? Como un homenaje a dicho país, cuyo aporte inmigratorio fundó las bases de la ciudad. Dentro del espacio verde se construyó el Monumento alla fratellanza en forma de columna hecha de granito, portando en la parte superior un águila de bronce, que es el ave simbólica de los latinos. En las alturas, también, flamean las banderas de ambas naciones.

El monumento, obra de los artistas Giovanola y Vecellio, se inauguró en 1917 y quedó incompleto: en la parte inferior se había planificado incluir cuatro leones, pero finalmente nunca se colocaron. En 1952 la columna se desplazó unos metros para abrir un paso vehicular por el centro. Sin embargo, trece años después, se destinó el sector a estacionamiento. Además, existe otra escultura llamada El trabajo, una figura que representa un obrero con maza en la mano, hecha en bronce por un artista milanés.

La plaza, durante los fines de semana y feriados, se convierte en la tradicional feria de los artesanos. Entre los árboles y canteros, además, se realizan actividades culturales como teatro, música, malabares y pintura. Es un paseo obligado de los jóvenes y de toda la familia.