cultura
Las Machis
Son mujeres que cumplen un rol extraordinario en la cultura mapuche, en su carácter de líderes espirituales.
En el corazón de la tierra mapuche emergieron figuras femeninas revestidas de una sabiduría milenaria: las machis, portadoras de una espiritualidad que une al pasado con el presente. Desde muy temprana edad, las mujeres que llegan a ser machis emprenden un largo proceso de aprendizaje que las sumerge en las profundidades de la cultura indígena, sus mitos y sus tradiciones. A medida que alcanzan la adultez, se erigen como líderes espirituales y tienen a su cargo la misión de unir a las personas de su comunidad con el mundo de los dioses.
A partir del rol de la machi que se atribuye por el peuma (sueño), subyace su conocimiento especializado de la sanación, a través de enfermedades que son causadas por wekufu, energía negativa, se extirpa el mal que se presenta físicamente en forma de objetos o animales, la machi realiza la ceremonia conocida como machitun. Asimismo, las machi posee la visión y orientar a la comunidad en el sentido moral, y se re establece el equilibrio entre el individuo y la comunidad, así mismo la machi es una figura dominante y trascendente dentro de la cultura mapuche, pues es quien conectaría los mundos, mapu, el mundo físico, wenu mapu y anka wenu, a través del rewe, altar de la ascensión , y el trance, catalizado en el ritmo del kultrun, y que implicaría un estado ampliado de conciencia, el cual es logrado a través del uso de hierbas alucinógenas como lo serían la miyaya, latué y canelo, por lo tanto la machi se establece un vinculo con los espíritus ancestrales.
En nuestra región podemos encontrar diversos exponentes de la medicina tradicional indígena, siendo la medicina mapuche la más representativa, por ser la etnia predominante. Las machis son las intermediarias entre el mundo mapuche y el mundo sobrenatural y sus espíritus protectores les entregan poderes para combatir a los espíritus malignos. Velan por el malestar de sus enfermos y la comunidad.
Los cronistas coloniales percibían de diferente modo a las machis, para Nuñez de Pineda, el machi weye era sodomita y demoníaco y para Alonso de Ovalle, la machi era bruja y mujer piadosa. Las machis contemporáneas heredan los sistemas binarios de género de los Reche y los colonizadores españoles. Por otro lado, las machis poseen vínculos con poderes benéficos y maléficos, por lo que eran acusados de brujería durante la colonia y aún hoy suelen ser acusadas de lo mismo, muchas veces por machis rivales, lo que contribuye a mantener el sistema patrilineal dominante.
Su labor no se limita a custodiar conocimientos ancestrales, sino que también implica ser guías y consejeras en diversos ámbitos de la vida comunitaria. “El conocimiento de los misterios, el desafío a las fuerzas que rigen la naturaleza y la resurrección mística son expresiones que describen parte de los materiales conscientes e inconscientes con los que muchas mujeres trascendieron la vida común”, explica la investigadora Norma Sosa en el capítulo sobre Las Machis de su libro Mujeres indígenas de La Pampa y la Patagonia.
La campaña militar equívocamente conocida como Conquista del Desierto, llevada a cabo por el gobierno argentino a partir de 1878, se propuso desplazar de sus tierras a millares de familias indígenas y destruir sus creencias, costumbres y tradiciones. Las machis fueron perseguidas, apresadas y prohibidas, porque personificaban la espiritualidad de una cultura que los representantes del mundo civilizado querían extirpar de la faz de la tierra. Afortunadamente no pudieron hacerlo: con coraje, estas mujeres enfrentaron la adversidad y continuaron cumpliendo su rol dentro de las comunidades indígenas. Dos de ellas en particular, María Hortensia Roca y María Epul de Cañuqueo, encarnan la resiliencia y la lucha inherente a esta antigua tradición.
