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Curiosa historia de una novela premiada y rechazada al mismo tiempo

Steps, la novela de Jerzy Kosinski, fue premiada con la máxima distinción otorgada por la industria editorial norteamericana. Esa misma novela, posteriormente, fue rechazada para su publicación.

Antes de empezar con la narración, el autor cita a Bhagavad Gita: “Para el incontrolado, no hay sabiduría, ni hay para el incontrolado capacidad de concentración; y para aquel que carece de concentración no hay paz. Y para el que no tiene paz, ¿cómo puede haber felicidad?”. Con ese párrafo, se abre la novela Steps, con la que el escritor Jerzy Kosinski obtuvo el National Book Award, el premio nacional del libro que concede la industria editorial de Estados Unidos. El dato cobró resonancia especial porque Kosinski –nacido en Lodz, fugitivo polaco y residente norteamericano– había aprendido inglés durante los diez años previos y superaba de pronto la obra literaria de muchos otros que habían poseído el inglés como idioma materno. Tres años antes, había obtenido en Francia una similar distinción a mejor libro extranjero, con The painted bird.

Sin embargo, tales premios son mirados con escepticismo por buena parte de la opinión especializada. Se aduce que no reflejan un mejor conocimiento del libro en cuestión, que su fama es efímera y que la propia industria editorial no se toma en serio los galardones que concede. Para probar esa desconfiada opinión, el escritor Chuck Ross, residente en Los Ángeles, inició un curioso experimento. En 1975, copió a máquina veintiuna páginas de Steps, eliminó el título y las firmó con el seudónimo de Erik Demos. Remitió cuatro ejemplares de esa obra, presuntamente inédita, a cuatro editoriales norteamericanas, como parte de un trabajo que simuló hecho por un escritor novel. Las cuatro editoriales rechazaron el manuscrito, sin advertir que se trataba de aquella novela premiada.

A raíz del episodio, Ross escribió un artículo, que publicó en Bookletter, un boletín literario de la casa Harper´s. El caso era una demostración de cierto margen de ignorancia o de amnesia por parte de las cuatro editoriales. Pero a esa altura el propio Kosinski se había enterado de los cuatro rechazos, y así el artículo publicado por Bookeletter fue completado con una observación suya: señaló que el experimento habría sido más elocuente si el material enviado hubiera sido el texto completo de Steps. Dos años más tarde, Chuck Ross hizo precisamente eso. Copió toda la novela en veintisiete ejemplares y los remitió a catorce editoriales y trece agentes literarios, otra vez sin título, nuevamente con la firma de Erik Demos, otra vez como presunta obra de autor de novel. ¿El resultado? Volvió a recibir nada más que silencio y rechazos. Ninguna de esas firmas reconoció el texto de Steps.

A propósito del segundo experimento, Ross elaboró un artículo más extenso y divertido, que se publicó en el periódico New York West, a finales de 1978. El punto más preocupante era que las catorce editoriales y los trece agentes literarios no solo no habían reconocido la novela de Kosinski, sino que tampoco recordaban el seudónimo de Erik Demos en que se había centrado la broma dos años antes. En el mismo artículo, Ross transcribió algunas frases que las propias editoriales habían dispensado al autor ficticio. A pesar de que algunas se excusaron de pronunciarse sobre el texto –aduciendo no tener tiempo para leer textos que no habían solicitado–, otras se inclinaron a fundamentar sus rechazos: “Aunque su estilo de prosa es muy lúcido, el contenido del libro no inspira el mismo nivel de entusiasmo”. O incluso: “Parece demasiado fragmentada y fantasiosa para que constituya una buena propuesta comercial”.

Por su parte, Kosinski, lejos de mostrarse indignado ante el segundo episodio, se mostró dispuesto a aceptar que la obra pareciera cosas distintas a personas distintas. Y agregó aun otra meditación: muchos políticos no se reconocerían en las palabras que pronunciaron diez años antes. En ese sentido, el ensayista Norman Lavers llegó a explicar el curioso episodio del rechazo razonando que el mismo Kosinski habría fracasado si hubiera presentado Steps, sin el precedente de éxito de su anterior novela. La siguiente novela publicada por Kosinski sería la más célebre de todas, al llevarse al cine bajo el título Desde el jardín, interpretada magistralmente por Peter Sellers.

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