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Detectan nuevas pistas sobre la vida en Marte

El rover Perseverance acaba de recolectar unas nuevas e intrigantes señales de moléculas orgánicas en el cráter Jezero: los “ladrillos de la vida” en el sedimento del célebre lago marciano que se secó. El análisis en los laboratorios terrestres arrojará más luz en el futuro.

Ahora es un desierto helado, con temperaturas que varían desde los 20 grados a los 80 bajo cero, pero Marte no siempre fue así: hace miles de millones de años era un planeta húmedo, con ríos, lagos y mares sobre su superficie. Los científicos sospechan desde hace tiempo que aquel mundo tan distinto también pudo albergar algún tipo de vida. Responder a esta cuestión es el objetivo del rover Perseverance, de la NASA, que está rodando desde febrero de 2021 por el cráter Jezero, un antiguo lago ya seco del Planeta Rojo donde se sospecha que pudieron aflorar organismos como las bacterias. Su búsqueda ya ha dado frutos: el rover acaba de encontrar restos de materia orgánica, los “ladrillos de la vida” que podrían señalar posible vida.

De acuerdo al estudio publicado en la revista Nature, Perseverance recogió las muestras en las que se han detectado diferentes moléculas orgánicas (sustancias químicas orgánicas que contienen carbono) gracias al Scanning Habitable Environments with Raman and Luminescence for Organics and Chemicals (Sherloc), un instrumento que, por primera vez, es capaz de analizar los restos in situ sobre la superficie de Marte. Detrás de él, está el grupo del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA, liderado por Sunanda Sharma y Ryan Roppel, que centraron su trabajo en Máaz y Séítah, dos formaciones en el suelo del cráter Jezero. Los autores señalan que diferentes mecanismos orgánicos de síntesis y preservación pueden estar operando sobre el suelo marciano, sobre todo los procesos que tienen que ver con el agua. Por eso, sospechan que, en el pasado, Marte podría haber tenido un ciclo geoquímico mucho más complejo de lo que se pensaba anteriormente.

El origen de estas moléculas orgánicas no está del todo claro; es cierto que son prometedoras para la presencia de vida; sin embargo, pueden estar creadas por procesos diferentes a los biológicos como interacciones entre el agua y la roca; o meteoritos o depósitos de polvo llegados del espacio. “Comprender más sobre la materia orgánica marciana podría arrojar luz sobre la disponibilidad de fuentes de carbono, con implicaciones para la búsqueda de biofirmas potenciales”, señalan los autores.

Algunas de estas muestras serán almacenadas por Perseverance para que una misión posterior, bautizada como Mars Sample Return, se dirija a Marte, a principios de la próxima década, recoja los tubos de titanio en los que están almacenados los restos y los traiga de nuevo a la Tierra para ser analizados en nuestros laboratorios.

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