El consumo de carne cambió a los primeros humanos

El desarrollo de herramientas le permitió a los primeros humanos poder alimentarse con carne. Y comer carne cruda podría ser la razón por la cual los primeros homínidos tuvieron mandíbulas más pequeñas que las de sus antecesores más primitivos.

Así lo señala una investigación de la Universidad de Harvard conocida ayer, que sugiere que el consumo de carne y el desarrollo de herramientas, y no la capacidad de cocinar, fueron las razones que desencadenaron que los primeros humanos desarrollaran mandíbulas más pequeñas y por ende un significativo cambio en su rostro.

Esto habría permitido, además, el mejoramiento de la capacidad de hablar e incluso en el tamaño del cerebro. 

Años de evolución

Para el tiempo de la aparición de la especie Homo erectus, hace dos millones de años, los homínidos tenían un cerebro más grande y cuerpos que requerían de un consumo mayor de energía. Pero, de acuerdo a los hallazgos, tenían dientes pequeños y una mandíbula débil para masticar los alimentos. Hasta hace poco, se pensaba que los cambios en la mandíbula y los dientes del Homo erectus con respecto a sus antecesores se debían al hecho de la introducción del hábito de cocinar. Pero eso solo ocurrió hace unos 500 mil años.

“Los chimpancés se pasan la mitad del día masticando”, dijo el profesor Lieberman, parte fundamental del estudio. “Pero en algún punto de la evolución humana se produjo un cambio, comenzamos a comer menos. Y solo fue posible por dos factores: alimentos con mayor contenido de energía, pero también que eran más difíciles de digerir”, añadió.

Cocinamos desde hace medio millón de años

El hábito de cocinar solo se introdujo entre la civilización hace unos 500.000 años.

Para llegar a sus conclusiones, los científicos evaluaron el desempeño de masticar alimentando a adultos con pedazos de carne y  vegetales antes de convertirse en carnívoros. Se midió el esfuerzo muscular y qué tanto se masticaba la carne antes de ser tragada.

Los hallazgos sugieren que una dieta con carne y usando herramientas para procesar la comida, el Homo erectus hubiera necesitado masticar un 26% menos que sus antecesores.

“La carne requiere menor esfuerzo para ser masticada que otro tipo de plantas de las que se alimentaban los primeros humanos, pero su incapacidad de los molares para que masticar la carne cruda podría ser una de las razones por las que no se consumía hasta que no se inventaron las primeras herramientas de piedra, hace 3 millones de años", concluye el estudio.