El fotógrafo del Sol
El argentino Eduardo Schaberger Poupeau llegó a la fotografía hace casi dos décadas y, desde entonces, su trabajo ha sido reconocido por sitios especializados de todo el mundo.
Eduardo Schaberger Poupeau vive en Rafaela, Santa Fe, donde nació hace casi 48 años. No fue sino hasta que tuvo 30 que se compró su primer telescopio. “También me compré una cámara réflex digital, cuando todavía los fotógrafos usaban cámaras a rollo. Además de fotografía aficionada, empecé a hacer fotografía astronómica, y dije esto está bueno”, contó a diario Hoy.
El camino profesional lo llevó hacia la fotografía familiar y, aunque trabaja retratando niños y familias, casi dos décadas después de poner el ojo en su telescopio, sigue haciéndose tiempo para mirar el cielo. “Si bien la astrofotografía es una afición, porque no gano dinero por hacerlo, le dedico el tiempo que le dedicaría a un trabajo”, reveló.
Por sus increíbles capturas, Eduardo
Schaberger Poupeau recibió en dos ocasiones el reconocimiento de la NASA. La agencia espacial norteamericana eligió sus fotos para el sitio Astronomy Picture of the Day (Foto Astronómica del Día), un portal que cada día publica una imagen diferente del universo con una corta explicación escrita por un astrónomo. Asimismo, su trabajo fue reconocido por el portal Sky, que también administra la NASA, y una docena de sus imágenes fueron publicadas en sitios especializados de Estados Unidos e Italia.
“Podés hacer fotografía solar desde el patio de tu casa, no es como la fotografía nocturna que tenés que buscar un buen cielo. El mayor inconveniente de la fotografía solar es la turbulencia de la atmósfera; porque uno está tratando de hacer imágenes de alta resolución, buscando detalles finos de un objeto como el Sol, pero para eso hay que atravesar la atmósfera, que tiene distintas capas y se calientan en forma distinta”, explicó Eduardo.
En una típica sesión, el fotógrafo del Sol invierte unas tres horas y obtiene unos 300 gigas de imágenes, un volumen de material que puede llegar a procesar en uno o dos días. “Lo proceso para quedarme con lo más nítido, y quizás tengo 200 gigas para hacer una foto”, comentó.
Eduardo siempre que habla del tema advierte que la observación solar es muy peligrosa, ya que cualquier equipo mal utilizado “puede llegar a quemar la retina sin vuelta atrás”. Tiene como objetivo llegar al 2025 con un equipo más grande que el que tiene actualmente. “El Sol tiene ciclos de actividad de 11 años y yo empecé a hacer fotografía solar en el mínimo solar, donde no había nada o muy poca actividad. Empezamos el nuevo ciclo a fines del 2019 y el máximo de actividad va a estar entre 2024 y 2025: será un espectáculo para fotografiar”, concluyó.