El viaje de “Pelusa” depende de que se adapte a su caja de traslado
La elefanta del Zoo local será reubicada en un santuario de Brasil para ser tratada por la afección que sufre. Sin embargo, primero deberá acostumbrarse a las exigencias del transporte
Para que Pelusa finalmente viaje a un santuario de Brasil, la elefanta deberá adaptarse a su caja de traslado. A esa conclusión llegó un grupo de referentes del Zoológico local que viajó al vecino país para examinar el futuro hábitat del animal.
Como informó este medio, la elefanta será mudada al Global Sanctuary for Elephants, un espacio donde podrán brindarle el tratamiento adecuado para la pododermatitis crónica que padece, una enfermedad provocada por los años de cautiverio que afecta principalmente a sus extremidades traseras. Además, allí podrá vincularse con otros ejemplares de su misma especie en un ambiente más apropiado que la jaula actual.
En ese sentido, desde el Zoo local se anunció que su jefe veterinario, Juan José Diorio, viajó junto a referentes de la Fundación Franz Weber y un equipo de profesionales a Chapada dos
Guimarães, Mato Grosso. “Quedamos muy conformes con el lugar”, manifestó Diorio tras la visita, y agregó: “Es un lugar especialmente preparado que cuenta con el espacio, el equipamiento y los profesionales que Pelusa necesita para tratar su enfermedad y mejorar su calidad de vida”.
“Pelusa”, que hace más de 50 años se encuentra en el Zoo local, será trasladada por sus cuidadores y veterinarios del organismo. Además, el recorrido terrestre será monitoreado por Scott Blais, un experto en elefantes con 20 años de experiencia, que coordinó el traslado de más de 50 animales desde zoológicos y circos de EE. UU. y Canadá a distintos santuarios, siempre con éxito. Durante todo el trayecto, la elefanta será monitoreada para controlar su estado.
Según se informó, la alternativa con mayor consenso es que “Pelusa” sea trasladada dentro de una caja diseñada especialmente para el transporte de elefantes. Para ello, previamente se realizará un trabajo de preparación orientado a habituarla al contenedor, colocándole frutas y alimentos de su gusto, para evitar que la relacione con estímulos negativos al momento del viaje.
En ese sentido, Diorio explicó: “Hay elefantes que en tres días están listos para viajar y otros que tardan más de un mes en habituarse a la caja. Nadie va a forzar a Pelusa”. El funcionario remarcó que, a lo largo de la travesía, se respetarán sus tiempos y se esperará lo que sea necesario para que esté preparada para el traslado, y que “por eso no podemos precisar una fecha”.