CULTURA

Elías Neuman, un abogado platense que llegó a tener prestigio en el mundo entero

Fue considerado uno de los mayores penalistas de Iberoamérica. Sus trabajos sobre el sistema carcelario son estudiados en muchas facultades de Derecho del mundo.

Elías Neuman fue un abogado atípico. No solo por la excelencia de su formación profesional –reconocida por muchas universidades del mundo que lo tenían como profesor invitado–, sino también por una muy amplitud de conocimientos que le permitía tener una mirada muy abarcadora. En los años 80, invitado a dar una conferencia magistral en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de La Plata, comenzó diciendo: “Voy a hablarles del mejor tratado de Derecho Penal que se haya escrito jamás”. Los alumnos mentalmente comenzaron a barajar nombres: Jiménez de Asúa, Soler, Núñez. La revelación fue un baldazo de asombro para todos los presentes: Crimen y castigo. Era muy raro entonces, y aún lo sigue siendo, escuchar hablar de Fiódor Dostoievski en la Facultad de Derecho, ya no como una referencia erudita o nota culta al pie de una charla, sino como herramienta fundamental para comprender al ser humano y para indagar, incluso, en ciertos aspectos del sistema penal. 

“Soy platense, nací en esta ciudad. Vengo poco a ella, pero cada vez que lo hago la encuentro más bella”, afirmó una de las últimas veces que visitó nuestra ciudad, en el marco de una charla organizada por el Club Estudiantes de La Plata.

Las investigaciones de Neuman sobre el sistema penal, a las que dedicó su vida, significaron también una lucha permanente por transformarlo. En ese sentido, publicó más de 20 libros, entre ellos: Victimología, Las penas de un penalista, La sociedad carcelaria y Prisión abier­ta. Decía que a la ­cárcel llegan los delincuentes fracasados: “Recuerdo algo muy gráfico y poético escrito por un viejo preso mexicano: En este lugar maldito, donde reina la tristeza, no se condena el delito, se condena la pobreza”.

En esa última charla dada en La Plata, titulada “Las víctimas del neoliberalismo”, dijo: “Cuando nosotros nos planteamos ciertos temas, aquellos que hacemos investigación social, incluyendo investigación de campo, y todos los que queremos realmente ubicarnos en la perspectiva de nuestro tiempo, no debemos olvidar sino que debemos tener muy presente el hecho concreto de que somos actores, seguramente involuntarios, de un cambio enorme en la historia de la humanidad de la que somos testigos”. Este cambio al que hacía referencia era nada más y nada menos que el traspaso de un capitalismo industrial, en el que el ser humano importaba porque era un eslabón en la cadena de producción, a un capitalismo financiero y de servicios.

En la década del 70, en toda ­Latinoamérica se produjo la irrupción de gobiernos militares. Los argentinos sabemos lo que fue la sanguinaria dictadura, pero Neuman advertía que esos gobiernos militares tenían una finalidad muy concreta, que fue la introyección de las ideas neoliberales, que tienen a ese capitalismo financiero como estandarte y que por esa razón fue sincrónica la irrupción de los militares en el poder. Además, sostuvo el criminólogo: “Fue un proceso en el que se quebraron las bases ideológicas de obreros, de estudiantes y del resto del país. Cuando ya el movimiento neoliberal se introdujo en nuestras economías y nuestras formas, y la Argentina empezó a perder soberanía institucional y política, e identidad, entonces ya vino todo lo demás, que fue una continuación”.

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