Ciencia

Encontraron un “gemelo perdido” de la Luna

Un equipo internacional de astrónomos descubrió que la composición de un extraño asteroide troyano en la órbita de Marte es muy parecida a la de nuestro satélite natural.

Un equipo internacional de astrónomos de Bulgaria, Italia, Estados Unidos y Reino Unido descubrieron un extraño asteroide troyano detrás de Marte, cuya composición es muy similar a la Luna. Los investigadores sospechan que puede tratarse de un “gemelo perdido” de nuestro satélite natural que sigue al planeta rojo en su órbita.

Los troyanos son aquellos desechos espaciales que siguen a los planetas en sus órbitas o también los adelantan, manteniendo siempre un ángulo de aproximadamente 60 grados en el círculo orbital, tanto detrás como delante de ellos. Si bien el troyano (101429) 1998 VF31 es conocido desde finales del siglo pasado, solo la reciente publicación en la revista Icarus, que saldrá en enero de 2021, ofrece la primera visión sobre su composición.

Irónicamente es mucho más fácil encontrar troyanos de Marte que de nuestro propio planeta, ya que los terrestres, si existen, se sitúan siempre cerca del Sol en el cielo, donde es difícil apuntar con un telescopio. En 2010, un troyano terrestre llamado TK7 fue encontrado por el telescopio espacial Wise de la NASA, pero el modelo informático mostró que es un visitante temporal del cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter, en lugar de una reliquia planetesimal de la formación de la Tierra.

En esta ocasión, los astrofísicos utilizaron el espectrógrafo X-Shooter y el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral. Al analizar la manera en la que la luz solar se refleja en el 1998 VF31 y en los otros asteroides troyanos marcianos, los investigadores llegaron a la conclusión de que tenía un espectro muy similar al de las partes rocosas de la Luna, como las montañas o el interior de los cráteres.

“Muchos de los espectros que tenemos para los asteroides no son muy diferentes de la Luna, pero cuando mirás de cerca hay diferencias importantes, por ejemplo, la forma y la profundidad de las absorciones espectrales amplias en longitudes de onda de 1 y 2 micrones. Sin embargo, el espectro de este asteroide en particular parece ser casi una réplica de las partes de la Luna donde hay lecho de roca expuesto, como el interior de los cráteres y las montañas”, explicó el doctor del Observatorio y Planetario de Armagh (AOP), de Irlanda del Norte, Galin Borisov.

El equipo cree que el asteroide pudo adquirir estas características espectrales debido a la radiación solar, exposición que los científicos llaman “meteorización espacial”. Sin embargo, es también posible que simplemente sea un trozo de materia desprendido de la propia Luna. Otra de las hipótesis afirma que la gravitación de Marte lo capturó de alguna de las “familias de asteroides de alta inclinación en el cinturón principal interior”.

El investigador principal del equipo, Apostolos Christou, advirtió: “Todos los escenarios posibles se remontan al tiempo cuando el espacio entre los planetas recién formados estaba lleno de escombros y las colisiones eran algo común. La Luna y los planetas eran en aquel entonces golpeados constantemente por asteroides muy grandes, conocidos como planetesimales. Un fragmento separado tras un golpe podría llegar a la altura de Marte y quedarse atrapado allí”.

Aunque el propio planeta rojo podía darle origen a este troyano 1998 VF31, que es rico en un mineral presente en la corteza de todos los planetas, llamado piroxeno, es correcto asegurar que el cuadro espectral es más próximo al lunar que al marciano.

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