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Fernando Fernán Gómez, uno de los artistas más polifacéticos de España

Actor, novelista, director, guionista, este español azarosamente nacido en Perú y anotado en Argentina, logró sintetizar magistralmente lo culto y lo popular.

Hizo cerca de doscientas películas, entre las que sobresalen La lengua de las mariposas, Viaje a ninguna parte, Todo sobre mi madre, Pobre mariposa, El abuelo, La colmena, El sueño de los héroes y Mamá cumple cien años. Tenía una voz grave y el aspecto de un extravagante caballero distinguido. Hombre de sólida formación, estudió Filosofía y Letras –carrera que dejó inconclusa cuando comenzó la Guerra Civil–, único actor que fue miembro de la Real Academia de Lengua, escribió once novelas y una docena de obras de teatro, ejerció el periodismo en diversos periódicos españoles y, fundamentalmente, compuso personajes inolvidables en el teatro, cine y televisión.

Nació el 28 de agosto de 1921, en Lima, en medio de una gira teatral de su madre, la actriz Carola Fernán Gómez; pero tuvo la nacionalidad argentina, ya que fue inscripto en el consulado de Buenos Aires. Recién en 1970, se nacionalizó español. Siendo veinteañero, comenzó a hacer roles secundarios en películas; ya en la década del 50 se convirtió en una de las caras más reconocidas del cine español. Su primera película como realizador la hizo a los 32 años, se llamó Manicomio, el rodaje fue coherente con el título de la ­película y su resultado: un fracaso. No se ­frustró, siguió adelante y, en 1958, le llegó el éxito con La vida por delante, una comedia con Analía Gadé, que muestra, a lo Woody Allen pero muchos años antes, las oscilaciones de una pareja, con reflexiones profundas y gags hilarantes.

Entre las muchas distinciones recibidas, resalta el premio Príncipe de Asturias de las Artes, que se le confirió en 1985, lo que no hizo sino confirmar la centralidad que ocupó en la cultura española de su tiempo. Además, obtuvo la Medalla de Oro de la Academia de Cine y varios premios Goya –fue el mayor ganador de este galardón en la historia del cine español–. En 2005 recibió el Oso de Oro honorífico del Festival Internacional de Cine de Berlín; ya por entonces ese mismo festival le había entregado dos Osos de Plata. Guardó celosamente su vida privada. Estaba casado con la cantante María Dolores Pradera, con quien tuvo dos hijos, Fernando y Helena Fernán Gómez, también actriz.

Describió al cine y al teatro como “dos mundos cuyos habitantes pueden considerarse hasta cierto punto gemelos, aunque no tanto como univitelinos”. A diferencia de la mayoría de los actores de raza, prefería el cine al teatro: “A mí no me gusta actuar en teatro. A mí me gusta mucho mi trabajo de actor en su pureza, en cuanto a que una persona intenta ser otra persona. Pero el hecho de que me estén viendo mientras estoy haciendo este ejercicio no me gusta. Yo prefiero trabajar en el cine, donde si en un momento considero que algo me ha salido mal, puedo interrumpirme. Esto en el teatro no es posible, tiene ese lado del deporte de que a ver si se equivoca, a ver si se cae, a ver si lo hace mejor o peor que ayer... A mí no me gusta eso”.

Tuvo relación con muchos argentinos. A Sergio Renán lo conoció cuando a Adolfo Bioy Casares le concedieron el Premio Cervantes. En la ceremonia se prometieron hacer alguna cosa juntos. Cumplieron: en 1997 se estrenó El sueño de los héroes, película de Sergio Renán basada en la novela de Bioy Casares, en la que Fernando Fernán Gómez comparte elenco con Germán Palacios, Soledad Villamil y Lito Cruz, entre otros. Cipe Lincovsky inició su amistad con Fernán Gómez en los años en que la actriz estaba exiliada en Madrid: “Además de ser encantador, era muy solidario. Inteligente, culto, resultaba un ­placer compartir un tiempo con él. Es esa clase de gente que le hace bien al mundo, al hombre”.

Pero el mayor amigo que Fernando Fernán Gómez tuvo en Argentina fue Pepe Soriano, quien vivió en España durante varios años, en los 80, a quien el actor español homenajeaba frecuentemente haciéndole asados en su casa o dándole, en sus obras, papeles protagónicos, como El mar y el tiempo, una película que cuenta la historia de un español que regresa a su país luego de su exilio en Argentina.

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