Infecciones en los pies: un fenómeno en aumento

Pies descalzos, humedad y vestuarios son el contexto perfecto para el desarrollo de hongos en los pies. Qué son y cómo evitarlos en esta época del año.

La caída de contagios por Covid-19 y la llegada del calor se combinaron para crear las condiciones ideales para retomar la actividad física en todas sus formas. A los ejercicios al aire libre se sumaron los gimnasios y piletas, que ya funcionan casi al 100% y, con las aperturas, la proliferación de hongos en los pies.

Cuando alguien tiene pie de atleta (hongos en los pies) se nota, principalmente, por sus incómodos síntomas: mal olor, ardor, picazón, enrojecimiento y descamación, sobre todo, entre los dedos de los pies. De no tratarse a tiempo y de forma correcta, puede propagarse hacia los costados o planta, llegando incluso a afectar las uñas y, en casos extremos, provocando hasta la caída de las mismas y dejando desprotegido al dedo que ya tiene infección.

El pie de atleta es una infección causada por hongos, denominados como dermatofitos, que crecen y se multiplican en ambientes cálidos y húmedos. Son extremadamente contagiosos: solo alcanza con andar descalzo en áreas comunes de los gimnasios o piletas, en los vestuarios, compartir la toalla, ropa o zapatillas. Además, utilizar calzado apretado, poco ventilado, usar medias húmedas y sucias, al igual que zapatillas mojadas, también puede favorecer este tipo de infección.

Algunas medidas a tener en cuenta para evitar el pie de atleta son: lavar diariamente los pies; usar medias de fibras naturales limpias y secas; no utilizar zapatillas sintéticas o muy ajustadas, lavar y orear el calzado con regularidad; evitar compartir zapatillas para prevenir contagios; no andar descalzo, sobre todo, en áreas o espacios comunes de gimnasios, piletas o vestuarios; ventilar el calzado; y, si es posible, no usar el mismo dos días seguidos.

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