Inteligencia artificial: “Pueden aportar soluciones concretas en muchos campos”

En diálogo con diario Hoy, el investigador platense en Tecnologías Informáticas Aplicadas en Educación, Alejandro Héctor González, se refirió a los avances tecnológicos como el ChatGPT y el rol que estas nuevas herramientas cumplen en la vida cotidiana.

Viralización de fotos falsas como la del papa Francisco con una campera blanca, el suicidio de un joven en Bélgica tras chatear varios meses con un chatbot y una petición para poner una pausa a la inteligencia artificial porque su desarrollo descontrolado es un “riesgo para la sociedad y la humanidad”.

Diario Hoy dialogó con el Mg. Héctor González, quien es director general de Educación a Distancia de la UNLP y docente de la Facultad de Informática, sobre los avances en estas nuevas tecnologías que impactan en el mundo y que generan profundos debates en la sociedad.

—¿Qué nos puede contar sobre la nueva herramienta denominada ChatGPT?

—Es un chatbot por decirlo de alguna manera, un chat conversacional en principio que va a interactuar con un ser humano a través de la conversación. Se basa en una arquitectura específica que es la que lleva su nombre, que tiene que ver con cómo elabora esas respuestas. Es capaz de generar respuestas coherentes, relevantes a partir de una entrada de texto. La particularidad que tiene es que tiene detrás la capacidad de responder mirando grandes volúmenes de datos.

—¿En qué etapa se encuentra hoy en día la inteligencia artificial?

—En principio la salida del ChatGPT es reciente, ha crecido mucho en el último tiempo. Ha tenido mucho impacto, se está utilizando de diferentes formas, pero no es la única herramienta que va a evolucionar. Esta fue la primera que vino a romper con la estrategia de generación texto y lenguaje natural, pero a la par hay otras como Dall-e, que

permite a partir de texto generar imágenes creativas o las que permiten generar música a partir de indicaciones de texto. Esto lo que hace es ampliar ese mundo y en este momento es un momento incipiente. Va ir evolucionando todavía no tiene un techo. Probablemente sintamos el impacto este año y después venga un periodo más de uso, de adaptación, de incorporación de estas tecnologías a las personas hasta que volvamos a dar un nuevo salto.

—¿Puede la inteligencia artificial contribuir a la desinformación?

—Es un problema real. Ya existía desde antes de la aparición de estas herramientas conversacionales, pero en particular lo que tienen estas es que incrementan la posibilidad de hacer lo que se conoce como fake news y pueden influir en la opinión pública. Va a haber que trabajar muchísimo este tema desde los medios, desde la comunicación, desde la escuela, desde la universidad como instituciones educativas. El problema está en la rapidez en que ocurren las cosas y en lo distraído que uno puede estar ante esta información. Hay otros temores como el impacto real que va a tener en el proceso educativo donde por ejemplo el tipo de exámenes que se toma a los estudiantes ya no eran adecuados para los tiempos que corrían. Entonces pedirle una monografía o la descripción de un tema específico con un par de preguntas sobre contenido que podía ser respondido por Wikipedia ahora va a ser respondido de una manera más inteligente. Lo que sí existe, y para poner en la balanza una pesa del otro lado también, la inteligencia artificial puede detectar, eliminar la desinformación. Se pueden usar técnicas de aprendizaje que analizan el estilo de escritura en general y la forma en que se comparten los artículos y puede sospechar que esto puede ser falso.

—¿Para qué tipo de situaciones pueden estas herramientas aportar soluciones concretas?

—Pueden aportar soluciones concretas en muchos campos. Te puedo mencionar por ejemplo atención al cliente, que es lo que más se ve últimamente. Pueden responder preguntas de forma inmediata. Todo lo que es atención al cliente puede ser mucho mejor y pueden ser muchos más eficientes. Va automatizar tareas, ya lo vemos en algunas aplicaciones como Google Assistant que permite automatizar las compras, las reservas. En educación va a ayudar a obtener información sobre temas específicos, ampliarlos, compararlos, deducirlos, citarlos. Va a ayudar al docente en algunas construcciones de consignas, en salud para poder analizar enfermedades.

—¿Cuáles son las posturas de sus colegas en relación a estas nuevas tecnologías?

—Hay diferentes. En principio, los que estamos en el campo de la educación y las tecnologías por supuesto somos los que estamos investigando, buscando, acompañados de estas inteligencias artificiales, en mi caso con ChatGPT y con BING, porque nos ayudan a encontrar los últimos avances que hay en la temática y vamos entrenando a este agente conversacional específicamente para lo que queremos.Las demás disciplinas están alertas al tema, están interesadas, quieren saber, conocer. Todavía no hay una postura real de cuál es el peligro o no peligro, beneficio o no beneficio porque no hay conocimiento real acabado. Este factor sociocultural se va a ver reflejado en los próximos meses.

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