Mendoza

Investigadores del Conicet La Plata hallaron fósiles de 240 millones de años

El equipo se encontraba en Mendoza recolectando plantas e insectos cuando los descubrió. Se trata de los restos de una especie de pez de la que hasta ahora no se tenía evidencia

La campaña de los expertos del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales, dependiente del Conicet, y el Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia tenía como objetivo particular la recolección de plantas e insectos en Mendoza. Pero las excavaciones los pusieron frente a un hallazgo sorprendente: piedras que contenían restos de pequeños peces -muy bien preservados- de nada más y nada menos que 240 millones de años de antigüedad.

En los tiempos de Gondwana (bloque continental desprendido del supercontinente Pangea, que al separarse dio origen a la Antártida y Sudamérica), el territorio en el que actualmente se ubica la provincia de Mendoza estaba cubierto de lagos efímeros que se secaban rápidamente por la calidez del clima durante el Triásico medio. Por entonces, hace unos 240 millones de años, una diversidad incalculable de peces poblaba ese espacio. El protagonista de esta historia -del que hasta ahora no se tenía registro alguno- era uno de ellos: un pez del grupo de los “redfieldiiformes”. 

La investigadora asistente del Conicet en la División Paleontología Vertebrados del Museo de La Plata (UNLP), Soledad Gouiric Cavalli, quien estuvo a cargo de la identificación y descripción anatómica de los fósiles, concluyó que “se trata de un nuevo género y especie que nunca antes habíamos registrado en Sudamérica. Es un orden del que no se conoce mucho y que se estudió hasta los años 80, así que no teníamos un entendimiento moderno acerca de él”.

Los peces se originaron hace aproximadamente 480 millones de años y son el grupo de vertebrados más numeroso y diverso que existe, superando las 32.000 especies vivientes. “Este nuevo ejemplar tiene características compartidas con peces paleozoicos y con otros más modernos”, comentó la investigadora al respecto.

Los fósiles caben en la palma de una mano y asombra el estado de preservación en que se encuentran. A simple vista, “dejan ver con nitidez el patrón de ornamentación de las escamas, que se encuentran perfectamente articuladas”, contó la especialista. Además, en los ejemplares se distinguen claramente las aletas pectorales, pélvicas, dorsal y anal. “Habrían servido para favorecer la hidrodinámica”, expresó Cavalli, y agregó que la preservación es interesante porque “no es común encontrar en la Argentina especímenes de esa antigüedad tan lindos y completos”. 

En general, los científicos concuerdan en afirmar que los materiales del Triásico en el país no están representados por restos buenos, sino que siempre son más fragmentarios y arrojan poca información. “En este caso están articulados, casi sin desplazamiento de huesos”, explicó la investigadora. “El buen estado de preservación nos permitió conocer rasgos anatómicos desconocidos y novedosos, y esperamos que nuestro estudio sea útil para la comprensión de su historia evolutiva”, concluyó. 

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