La crisis del tomate llegó a la región

A quinteros de la Costa y La Plata les embarga la pena de tirar casi toda la cosecha de tomates para consumo fresco.  Hoy constató una gran  “coincidencia” de quienes apostaron al mismo cultivo. Queja por la falta de valor 

La Plata es “el corazón” provincial en la producción del tomate para consumo fresco. La zona oeste de Etcheverry, Abasto, Colonia Urquiza y Romero muestra muchos invernaderos donde a partir de septiembre empieza la apuesta, ya que una planta tan frágil a la época invernal no resiste ni siquiera adentro del invernadero.

En ferias, parques y verdulerías se dio lugar a un comentario que generó la noticia de Mar del Plata, donde se tiraron 100 toneladas de tomate, con dolidos productores que esgrimen que sus “costos de producción ni siquiera cubren el embalaje”.

En nuestra región, también se está dando que el alimento es arrojado pese a los esfuerzos del chacarero. “El tema de que se tiren –explica a Hoy un repartidor de frutas y verduras a domicilio- es porque esta planta, en su naturaleza, exige sacar el fruto apenas madura, para que pueda seguir creciendo”. Así es que en quintas convencionales de las afueras, kilos y kilos de tomate terminen yendo al patio donde el productor, en algunos casos, lo reutilizará de abono para las tierras.

Todos en la misma

Y las razones son diversas. Por un lado, el sobre stock “se debe a que la mayoría este año quiso dedicarse al tomate, ni al zapallito, ni al morrón, ni a la berenjena. Coincidieron –explica un puestero del Mercado regional- que de 100 quinteros, por dar un número, 90 se dedicaron al tomate”.

El también llamado “tomate híbrido” salió a la venta en la primera quincena de noviembre. Pero pasaron las Fiestas y con ellas el boom de las ventas. Luego, sobrevino la falta de consumo y con ello una pendiente en la demanda. Tanto en la región como en la costa atlántica, las pérdidas son cuantiosas. En la opinión de Ricardo Velimirovich, presidente de la Asociación de Productores Frutihortícolas del distrito de General Pueyrredón, la raíz del conflicto es que el productor no recibe un buen precio por su trabajo.

Es la realidad tal cual es. Es la postal que se imprime en un país en transición como el nuestro luego de la nefasta era K, donde las economías regionales se pusieron más complejas que nunca. Luego de los políticos como Capitanich que llegaron a anunciar que importaríamos tomates de Brasil, o de un ministro como Kicilloff, que en el colmo de su confusión, llegó a decir un día que iba a comprar “una docena de tomates”.