La fotografía de naturaleza: una actividad en crecimiento
El Parque Patagonia se afianza como uno de los principales destinos para los profesionales y aficionados que tienen intenciones de observar y retratar la fauna y la naturaleza.
En el noroeste de Santa Cruz, más precisamente en el Parque Patagonia, está creciendo fuertemente la tendencia de la fotografía de naturaleza. Allí, aficionados y profesionales se encuentran no solo para observar el enorme y bello paisaje, sino también para fotografiar a toda la fauna presente en el lugar.
Uno de los animales que más se lleva los flashes es el puma, dada su fuerte presencia. “El puma es el depredador tope y a eso se le suma que es un felino, teniendo estos una atracción particular. El depredador tope tiene un encanto por sobre el resto de los bichos. A la hora de la conservación eso igualmente le juega muy en contra. La fotografía de naturaleza está atravesando un auge, cada vez hay más gente dedicada a la fotografía y entre las ramas de la fotografía de naturaleza está la de fauna. Ahora hay un montón de fotógrafos de naturaleza y por ende también hay más fotógrafos de fauna”, le explicó a diario Hoy Santiago Cicotti, fotógrafo de Argentina Wild Expeditions, un emprendimiento que hace excursiones en el lugar y del cual es integrante junto a Santiago Sainz-Trápaga. Ambos se aventuran a las estepas y cañadones del Parque Patagonia junto a Facundo Epul, un guía local especializado en la búsqueda del puma y de otras especies nativas de la región. “Ir o no con un guía es el día y la noche. Hay que conocer el terreno, las costumbres de los bichos, poder identificar si la huella es fresca o si tiene varios días, entender cuándo ocurrió una caza, si el carneo está fresco, o abandonado, o si murió de muerte natural y un carroñero se alimentó de él. Facundo sabe leer todo eso, y eso aumenta las chances de vivir una experiencia de avistaje verdaderamente excitante”, agregó Cicotti.
“Dentro del Parque Patagonia, además del puma, las otras especies que se identifican fácilmente son el guanaco y el choique, que es un ñandú petiso. Hay otra especie muy interesante, porque es endémica de Santa Cruz, que es el chinchillón anaranjado, que tiene un color especial y las orejas más cortas y más peludas que el chinchillón. Para el fotógrafo de naturaleza tiene un valor agregado esto, pero para el observador de fauna es muy superior ver bichos que están únicamente ahí. También hay zorros grises y colorados, cóndores, águilas moras, zorrinos, distintos roedores o gatos del pajonal”, recordó el fotógrafo sobre la enorme diversidad de especies en el lugar. Sumada a toda la cuestión de la fauna, la naturaleza circundante no queda detrás, ya que también los aficionados buscan ver bien de cerca los paisajes únicos. “El Cañadón del río Pinturas, la estación El Unco, son lugares paradisíacos que tienen un color verde intenso en medio de todo ese desierto marrón, amarillo. Es genial”, comentó.
El cambio de lógica en torno a la caza de animales ayuda profundamente al crecimiento de esta actividad. Desde hace años, la conservación de las especies y los ecosistemas se volvió algo vital no solo para contrarrestar los efectos del calentamiento global sino también para mejorar las economías regionales, dadas las nuevas oportunidades de ingresos que genera. “En Torres del Paine, antes pagaban por perseguir y matar a los pumas, hasta que empezaron a ver la veta económica que tenía la atracción de ver al bicho en vivo, y el Estado acompañó a esos emprendedores, y de hecho, se dieron cuenta de los ingresos que las actividades de ecoturismo generan”, mencionó como ejemplo el fotógrafo, quién concluyó: “Lo que influye directamente sobre el avistaje, y por ende sobre el turismo y las economías regionales, es la conservación y la difusión. Hay que divulgar lo que se hace, los beneficios de la conservación, y promover el turismo. En Argentina Wild Expeditions llevamos a la gente a estar en contacto con la naturaleza y las especies difíciles de ver”.