La historia del imponente faro de Mar del Plata, un símbolo de la memoria

Ubicado en el sur de "La Feliz", se trata de uno de los monumentos más icónicos de la costa marplatense.

El monumento que fue creado por la empresa Barbier, Benard y Turenne en Francia, y fue ensamblado en 1890 por el constructor Pedro Besozzi, se inauguró oficialmente el 5 de agosto de 1891.

Posee forma cónica y una estructura de hierro de 6 mm de espesor ensamblado con remaches y tiene tres bandas horizontales rojas y tres blancas. Cuenta con alrededor 35, 5 metros propios y 55 metros en total sobre el nivel del mar. Las luces se divisan a 46 kilómetros de la costa.

Jacinto Peralta Ramos, hijo de Patricio, fue quien donó una hectárea de tierra para el lugar de construcción, que se ordenó debido a la peligrosidad que presentaba la zona, ya que es la continuación marina de las sierras de Tandilia, zona donde las embarcaciones tenían dificultades al navegar.

En el año 1916 se habilitó el llamado Faro Sirena que emitía un sonido similar a la bocina de un barco, utilizada principalmente en los días de niebla.

En su interior, desde su base por una puerta mirando al Este, se atraviesa un pasillo para llegar al primer escalón de los 154 que componen la escalera tipo caracol,

Vale resaltar que desde su fundación se encuentra bajo la órbita del Servicio de Hidrografía Naval,

institución dependiente del Ministerio de Defensa de la República Argentina.

Durante la última dictadura cívico-militar, el predio perteneció a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina (ESIM) de Mar del Plata y allí funcionó un centro clandestino de detención.

Desde 2014, en el predio del faro funciona el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos. En él se realizan visitas guiadas para conocer la historia del lugar y se desarrollan visitas pedagógicas, programas educativos, actividades culturales, trabajos de investigación, entre otras iniciativas.