Ciencia

La NASA y China enfrentados por el cohete del gigante asiático

La agencia norteamericana exigió al gobierno de Xi Jinping mayor transparencia respecto de sus operaciones espaciales.

Luego de varios días de incertidumbre, el cohete chino Long March 5B reingresó en la atmósfera fuera de control y cayó en la Tierra en la noche del sábado pasado. De acuerdo a lo informado por la agencia espacial del gigante asiático, los restos de la máquina cayeron a la superficie a las 23.24 (hora argentina), justo al oeste de la República de Maldivas, en el Océano Índico.

Si bien la entidad china indicó que la mayor parte del cohete fue “destruido” al reingresar a la atmósfera, el Long March 5B se volvió una verdadera amenaza, teniendo en cuenta que sus 22.5 toneladas métricas de peso lo convirtieron en uno de los objetos más grandes en retornar de manera descontrolada a la Tierra.

A raíz del caos generado en torno al cohete, el administrador de la NASA, Bill Nelson, acusó a China de actuar de manera irresponsable. “Las naciones que realizan actividades espaciales deben minimizar los riesgos para las personas y los bienes en la Tierra, de los reingresos de objetos espaciales, y maximizar la transparencia en relación con esas operaciones”, denunció a través de una declaración publicada en el sitio web de la agencia estadounidense.

“Es fundamental que China y todas las naciones que realizan actividades espaciales actúen de forma responsable y transparente en el espacio, para garantizar la seguridad, la estabilidad, la protección y la sostenibilidad a largo plazo de las actividades en el espacio exterior”, agregó.

El cohete había sido lanzado el pasado 29 de abril para poner en órbita el módulo central de Heavenly Harmony, la Gran Estación Espacial China. Si bien la partida fue todo un éxito, una vez en el espacio, el cohete perdió el control y estuvo durante días girando alrededor del planeta.

“Creo que es negligencia por parte de ellos”, manifestó Jonathan McDowell, astrofísico en el Centro de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts.

En tanto, cabe destacar que, durante 2020, la agencia espacial china realizó el primer lanzamiento de un cohete Long March 5B para elevar un prototipo de una cápsula espacial. En ese entonces, el propulsor de la máquina también reingresó de manera descontrolada y algunos de los escombros cayeron sobre una aldea de Costa de Marfil.

Luego de este evento, Jim Bridenstine, quien estaba a cargo de la NASA en ese momento, no dudó en compartir su indignación y aseguró que “pudo haber sido extremadamente peligroso”. “Somos afortunados porque parece que no afectó a nadie”, agregó.

Además, la primera estación espacial de China, llamada Tiangong-1, que fue lanzada 10 años atrás, también volvió a caer a la Tierra en un descenso no controlado en 2018, antes de estrellarse en las aguas del Pacífico Sur.

En los últimos años, China ha recibido numerosas críticas por su “irresponsabilidad” a la hora de gestionar sus cohetes. Si bien no hay una normativa internacional que regule este tipo de actividades, la práctica habitual consiste en diseñar sistemas de control de la reentrada en la Tierra, como propulsores que permitan establecer una trayectoria.

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