La obra de Salamone a través del lente: un viaje en el tiempo con la fotografía

El ingeniero y arquitecto Francisco Salamone dejó un legado arquitectónico monumental en la provincia de Buenos Aires. Con su cámara, el fotógrafo Martín Aurand retoma esa obra en su proyecto Mondo Salamone.

La obra arquitectónica que levantó en ciudades del interior de la provincia de Buenos Aires el ingeniero y arquitecto Francisco Salamone se sostiene en forma de monumentales estructuras que dejan abierta la puerta del asombro y el misterio. Mataderos, cementerios, edificios municipales, plazas, boulevards y mercados son algunas de las obras bonaerenses en las que Salamone dejó su impronta.

Martín Aurand es fotógrafo y desde 2007 lleva adelante el proyecto Mondo Salamone, a través del que captura la obra por fuera y por dentro. En diálogo con diario Hoy, explicó cómo se sostiene la iniciativa. Un viaje en el tiempo con el uso del lente.

—¿Cómo se reinventa el proyecto con el paso del tiempo?

—En los últimos años lo que me ayudó a reinventar y darle más de difusión fueron las redes sociales y la cuarentena, porque como no podíamos viajar empecé a tener mucha más interacción con los seguidores y ahí me di cuenta que había una demanda de información y de intercambio en cuanto a lo que tenía que ver con Salamone. Cuando empecé a ir a los pueblos me quedaba algunos días, es algo que recomiendo, que no solo vayan a ver las obras sino que intenten hablar con la gente del lugar y entrar a los edificios porque es otro mundo. Ya las fachadas son un montón, pero si entrás es como que tenés otra atmósfera con todo mobiliario y demás. Es como estar en una película.

—¿Cómo se relaciona la obra con otros aspectos de la cultura?

—De Salamone no se conoce todo porque no quedó archivo personal de él, entonces es delicado hablar de su vida o de interpretaciones de la obra que pueden ser medio voladas y empecé a agarrar por caminos como por ejemplo la influencia de su obra en el cine, en la literatura, en el arte. Muchos artistas usaron sus obras como inspiración y aparece en películas conocidas del cine nacional, en videoclips, en libros de autores conocidos. Esto me parecía más interesante por mis consumos, podía generar como otro tipo de interacción más sana y también mostrar que la obra está viva.

—De las redes sociales pasó el proyecto al formato de muestras

—Justo antes de la pandemia me invitaron de un museo en Tres Arroyos pero vino la cuarentena y las fotos quedaron varadas allá hasta fin del año pasado. Hace poco menos de un mes inauguré en Carhué la muestra y también llevé un corto un documental que hizo Adrián Caetano. También en estos días empezó a imprimirse un foto-libro que estuve armando durante una buena parte del año pasado y algo del 2022. Me gustaría armar una un poco más grande también que no sea específicamente de Salamone sino que también se puedan meter fotos de los pueblos donde están las obras que sea algo un poco más abarcativo que no quede solamente en la obra.

—La gente demuestra mucho interés en la obra de Salamone, ¿cómo analizás eso?

—Pasa todo el tiempo que me escriben personas que quieren empezar a hacer la ruta salamónica y piden algunos consejos. También me pasó de gente que me invita a los pueblos donde hay obras de él. Me escribió una chica de Leandro N. Alem para invitarme, pero no tengo auto ni cómo llegar, entonces ella se empezó a mover y consiguió que me dieran un alojamiento, que era como un galpón que habían reacondicionado como sala para contagiados de Covid-19 que no se llegó a usar, era todo muy apocalíptico. Esas historias son geniales. Yo siempre digo que Salamone es la punta del iceberg, un tipo de arquitectura que se hizo en los años 30 del cual se desconoce todo, probablemente porque se realizó durante la década infame, que es un período de la historia que quedó olvidado por cuestiones obvias. Entonces también estoy haciendo un trabajo a veces de contactar gente de los pueblos, de los museos que sí tienen algo de información.

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