“La sonrisa de un chico nunca te defrauda”
En estas horas llega a sus jóvenes 62 abriles “Beppo”, el que empuña muñecos y no pierde la ternura en una época en la que se busca rescatar valores y reírse más
Allá lejos y hace tiempo, febrero de 1975, “último coletazo del gobierno del peronismo y antes de que lleguen las botas (parafrasea con el único dejo de tristeza el entrevistado de Hoy) llegué de mi Azul natal para quedarme para siempre en La Plata”.
-¿Por qué vino, Don Beppo?
-Me hicieron un lugar para trabajar en Tribunales, mi jefe me decía que lo ideal era que estudiara en la Facultad de Derecho, pero mi inclinación por el teatro era muy fuerte y me metí en una de esas escuelas. No veía que la profesión para mí fuera la de un juez, no me gustó el ambiente, y ahora es mucho peor. La justicia del hombre, esta cosa del pleito como está planteada en el país, con tantas desigualdades, y siguen sin corregirse males profundos
-Como la corrupción
-Sí, pareciera que no hay manera de expulsarla. Se pregonan los valores, pero resultan que quedan en enunciado… no se aplican.
-Pero seguís fortaleciendo el músculo de la ternura entre tanta dureza
-Palabra clave esa, elegí la sonrisa, el hombre tiene que llevar esa bandera de la alegría, la más sabia. Si no hay alegría, diafanidad.
-Los niños son un modelo
-De lo genuino, claramente, nunca podés pensar que la sonrisa de un chico te puede defraudar.
Se considera un poeta almafuertino, porque “era muy severo en el decir, y te empuja a no doblarte… Si te caes diez veces, te levantas otras diez, otras cien, otras quinientas, no han de ser tus caídas tan violentas y tampoco por ley han de ser tantas. Escribió un libro desde muy joven (“Todos los pueblos mi pueblo”) y siempre está con un libro a mano, a no ser desde hace unos años que la computadora reemplazó la elección de temáticas. “Mirá este texto, “Lavan labandera”, dedicado a nuestra clase política.
El juego de palabras le encanta, tanto como jugar con los chicos. Próximamente irá a un escuela y jardín de infantes rural en Florencia Varela. Al titiritero lo siguen convocando en épocas de play station, de telefonías y de espectáculos cada día más pomposos.
-Defina el arte del títere
-El títere, despoblado de toda fastuosidad de tamaño, el títere de guante entra como un bichito en el corazón del niño y arranca una sonrisa. Es un virus benigno. Incluso el títere es más chico que un niño y ellos se fascinan que niños fantásticos digan cosas maravillosas. Transmiten valores vivos, esenciales para la vida.
¡Con el Chavo y el Zorro!
La década del ’80 fue jugosa en entrevistas para un caballero de buenos modales, que llegó de su pueblo con el apodo de Beppo. Por sus propios medios, y con solo una credencial del diario de su ciudad, llegaba a conocer a muchos personajes. “Entrevisté a los actores Darío Vittori, Norman Briski, Horacio Guarany, Atahualpa Yupanqui, Jorge Borges, Cipriano Reyes, Facundo Cabral, cantores melódicos como Domenico Modugno (“que con la edad que tengo ahora lo vi hacer la vertical en el escenario”). Además, compartió unos entretenidos minutos con “El Chavo” cuando actuó en la cancha de Estudiantes, y con Guy Williams, el Zorro, que llegó al predio municipal de 122 y 58 con su propio circo, acompañado de Federico Luppi.