La UNLP, pionera en la prevención de accidentes

La UNLP se convirtió en la universidad pública con más bajo índice de accidentes del sistema de educación superior nacional, con un promedio que apenas alcanza el 2,5% anual

La UNLP se convirtió en la universidad pública con más bajo índice de accidentes del sistema de educación superior nacional, con un promedio que apenas alcanza el 2,5% anual.

La prevención de riesgo hace referencia al conjunto de medidas destinadas a evitar o dificultar la ocurrencia de un siniestro y a conseguir que, si el accidente se produce, las consecuencias sean las mínimas posibles.

El titular de la dirección de Seguridad e Higiene, Andrés Fiandrino, indicó que “el objetivo primario es llegar a cero accidentes, basados en una cultura preventiva desarrollada desde los ámbitos académicos, de extensión y científicos”. Y agregó: “De a poco, las universidades públicas están asumiendo la tarea de responder a los retos ambientales y de prevención de riesgos en sus espacios. Nuestra casa de estudios es pionera en este sentido”.

Durante varios años, la institución platense se enfocó en la prevención en todas las facultades, colegios y dependencias de la UNLP, cuya magnitud es similar a una ciudad (más de 110.000 personas). El objetivo fue reducir los riesgos de accidentes en toda comunidad universitaria, es decir, los docentes, investigadores, trabajadores no docentes y alumnos de todos los niveles.

Entre otras iniciativas, desde el área de Seguridad de la entidad se implementaron cursos y capacitaciones; se realizaron simulacros y planes de evacuación en dependencias universitarias; se hicieron reformas arquitectónicas en los inmuebles existentes, al tiempo que se incorporó la seguridad y la eficiencia energética en el diseño de los nuevos edificios; se concretaron obras para favorecer la accesibilidad y permanencia de discapacitados; se garantizó el tratamiento certificado de los residuos –especialmente los peligrosos-.

A lo largo de 2017, la dirección de Seguridad e Higiene llevó adelante un total de 93 cursos de capacitación -con una carga de 605 horas en total- de los que participaron 1.825 personas entre alumnos, docentes y no docentes. Además, se concretaron 17 simulacros de incendio y evacuación en distintos edificios universitarios, incluyendo a la Escuela Anexa, a la que concurren niños de entre 3 y 12 años, y el Jardín Maternal al que asisten bebés desde los 3 meses.