Las comidas más extrañas del mundo
Hay platos que para muchos pueden ser raros pero que en sus países son todo un éxito. Lejos quedaron el asado, las milanesas y las pizzas, típicas comidas argentinas
Las costumbres y las recetas culinarias van cambiando según la cultura, el clima y lo que la naturaleza puede ofrecer en las distintas regiones del planeta. Los argentinos estamos acostumbrados a los asados, las milanesas con puré y también las pizzas. Sin embargo, en muchos lugares comen platos crudos o incluso animales que en nuestro país se consideran domésticos. Incluso, en el continente asiático pueden existir delicias locales a base de insectos, como cucarachas, algo totalmente impensado para gran parte de occidente.
Ojos de atún – Japón
En el país asiático, el plato principal de su gastronomía es el ‘sushi’. Sin embargo, entre los japoneses existe un plato que es bastante apetecido como lo son los ojos de atún (Pescado). En supermercados es común encontrar este tipo de comida, que tiene una fuerte fuente de proteínas.
Escorpiones Fritos - Vietnam
Este país ubicado en el sudeste asiático tiene una gastronomía variada. Comidas comunes y corrientes como pescados, camarones hacen parte del plato diario en Vietnam pero entre sus platillos más atractivos se encuentran los ‘Escorpiones Fritos’.
Cuy - Perú
Típico de Perú, el cuy (conejillo de Indias) es una de las especialidades más ricas y queridas del país. Rico en proteína y bajo en colesterol. Sin embargo, es idéntico a los cobayos que miles de argentinos tuvieron de niños, por lo cual nos resultaría totalmente extraño probar este tipo de alimento.
Tarántulas – Camboya
En el país africano las tarántulas son parte de su gastronomía. Para ciertos turistas que viajan a dicho territorio a romper ese tabú con las arañas resulta bastante complejo encontrarse con personas en las calles ofreciendo este alimento típico.
Escamoles (larvas de hormiga) - México
Los escamoles son las larvas de las muy agresivas y gigantescas hormigas negras. Se encuentran en las raíces de las plantas de agave (suculenta) y los agricultores a menudo sufren picaduras mientras las capturan. Para prepararlos primero hay que freírlos con mantequilla y especias, y luego se envuelven con una tortilla. La consistencia es como de requesón, pero el sabor tiene toques de mantequilla y nueces.