Los hombres siguen sin realizar las tareas domésticas
Un informe de la Universidad Tres de Febrero revela que los quehaceres del hogar son compartidos en menos de la mitad de los casos en nuestro país
Según un relevamiento realizado por la Universidad Tres de Febrero, las tareas vinculadas a la cocina, limpieza, compras y trámites siguen siendo realizadas por el género femenino. Se reveló que, pese a que el 86% de los hombres opina que las labores deberían compartirse, apenas en la mitad de los hogares las tareas se realizan de manera equitativa.
El informe destacó que “si bien a nivel discursivo la igualdad de género posee fuerte legitimidad y se considera deseable que exista una distribución equitativa de las responsabilidades que hombres y mujeres deben asumir, son ellas quienes aún siguen cargando con la mayor parte del trabajo no remunerado”.
Así, las tareas de limpieza recaen exclusivamente en mujeres en el 45% de los casos, mientras que solo el 7% de los varones las tienen a su cargo. La actividad se comparte en el 42% de los casos, mientras que el 6% de las viviendas pagan por el servicio.
Con relación a quién se encarga de preparar la comida, en el 49% de las viviendas encuestadas solo cocinan las mujeres, en el 13% de los casos los hombres y el 37% de las veces es una ocupación compartida.
Esto contrasta con “la creciente inserción de las mujeres en el mercado laboral”, lo cual haría presumir una inexistente mayor equidad también en el trabajo dentro de casa.
En cuanto a las compras de víveres y elementos de limpieza, la cuestión es más equitativa: en el 47% de los hogares es una tarea compartida, mientras que en el 16% de los casos es tarea de los hombres y en el 36%, solo de las mujeres.
El pago de las cuentas también es realizado por mujeres en el 38% de los casos, mientras que en un 26% es ocupación masculina. En el 35% hay paridad.
El relevamiento, realizado por el Centro de Investigación en Estadística Aplicada (Cinea) bajo el título Género, trabajo doméstico y cuidado asegura que “es necesario que se amplíen las acciones del Estado dirigidas a promover la equidad de género, ya sea concientizando sobre la materia o impulsando políticas públicas que garanticen derechos y reviertan la discriminación de las mujeres en el mercado de trabajo”.