Lúcida y memoriosa, una platense sopló 106 velitas

Se trata de María Encarnación Haramboure, quien, a pesar de su edad, se mantiene en perfecto estado. Además, aseguró que no toma “ni una aspirina”

Para repasar los principales acontecimientos de la historia de la región, María Encarnación Haramboure no tiene que recurrir a ningún libro. No solo porque cuenta con una memoria prodigiosa, sino porque además nació el 31 de enero de 1912, apenas 29 años después de que en la Plaza Moreno se colocara la Piedra Fundacional. Ayer cumplió 106 años de vida y lo celebró a lo grande, rodea­da de todos sus afectos. 

En el marco de los festejos, el centro de día al que asiste a diario para distraerse y pasar tiempo con sus amistades se decoró con globos; además, le prepararon una torta, le regalaron ramos de flores, y todos los presentes cantaron el Feliz cumpleaños. A la hora de pedir los deseos, la cumpleañera expresó: “Que todos puedan ser felices y cumplir sus sueños como lo hice yo”. 

En ese lugar, nadie deja de sorprenderse con la lucidez de Encarnación ni con el optimismo que tiene para encarar la vida. Mediante lecturas de diarios, libros y revistas se mantiene informada y, para ejercitar la mente, le encanta jugar a las cartas y al dominó: “No le gusta perder a nada, se enoja cuando no puede ganar, pero la pasa muy bien”, dijo, entre risas, su hija Marta, también presente en el festejo. 

Emocionada con el nuevo aniversario del natalicio de su madre, explicó: “La tenemos todos los días y, a veces, no tomo dimensión de la edad que tiene. De salud está perfecta, y lúcida también. No tiene nada”.

“De joven era exigente, pero ahora es muy dócil. Es una parte fundamental de mi vida y agradezco de poner tenerla entre nosotros”, celebró la hija. 

Es de destacar que, a sus 106 años, María Encarnación Haramboure no toma ningún tipo de medicación, ni siquiera una aspirina. Y hasta el año pasado tenía una vida totalmente independiente, ya que se encargaba de arreglar su casa, preparar la comida y hacer las compras. Por estos días vive con su hija y, según expresó a este medio, se siente “igual que siempre, no me doy cuenta de la edad que tengo, me llevo bien con todo el mundo”. 

Fanática de Gimnasia de toda la vida y con el antecedente de que el año pasado estrellas del club, como Sebastián “Chirola” Romero y Lucas Licht, le obsequiaron una camiseta del Lobo con el número 105 estampado en su espalda, María Encarnación, en su nuevo aniversario,  dijo: “Me gustaría que los jugadores me regalaran un saludo”.

Una maestra inolvidable 

Con una gran vocación docente, esta mujer supo desempeñarse como maestra de grado durante más de 40 años, tanto en la Escuela nº 6 de Ensenada, como así también en la nº 19, ubicada en el barrio de La Loma. “Estoy muy feliz por la vida que tuve y por haberme podido dedicar a lo que siempre me gustó hacer”, explicó María. 

Las vueltas de la vida hicieron que en el hogar al que asiste se encontrara con Susana Mabel Leonardi, una abuela que supo ser alumna de ella y que, en el día de cumpleaños de su antigua educadora, recordó con alegría aquellos años en los que compartieron aula.

“Fue mi maestra de 4º grado en la Escuela nº 19. La recuerdo como una docente muy buena y amorosa, igual que ahora. Nos pusimos muy contentas cuando nos reencontramos acá. Me sorprendo con las cuentas que todavía puede sacar mentalmente”, concluyó Susana. 

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