Nuevas costumbres en épocas de recesión

Negocios en medio de la crisis

La recesión genera oportunidades para ciertos rubros. En La Plata, ganan terreno las cadenas gastronómicas que apuntan al consumo popular y distintos sectores relacionados con las reparaciones 

Por más que sean tiempos en los que hay que ajustar los gastos y cuidar el bolsillo lo más que se pueda, la gente ávida para los negocios saca ventaja de esta situación dedicándose a rubros de acceso básico, como el alimenticio, del que nadie puede prescindir y en el que se está obligado a gastar. A este fenómeno se lo ha denominado como “negocios de crisis”. 

En consonancia, el rubro gastronómico suele ser uno de los predilectos para sacar provecho. Es sabido que, durante este tipo de períodos, un gran número de personas disminuye la periodicidad con la que sale a comer a restaurantes o bares, pero en simultáneo au­menta la demanda de comida a domicilio o delivery.

En lo que concierne a pizzerías, el modelo de una famosa cadena porteña se replicó en la ciudad. Ya hay dos firmas, con varias  sucursales, que ofrecen la grande de muzzarella a $35, la especial a $40 y las premium a $45. De esta manera, al resto de los que se dedican a preparar esta tradicional receta italiana se les hace imposible poder estar a la altura de la competencia. 

Sus fórmulas apuntan a reducir al máxi­mo los gastos y que la ganancia aparezca en el volumen de sus ventas. Trabajan con poco personal y presentan un producto digno a un precio que parece de otra época. En torno a la ganancia por cantidad, una de estas cadenas instaladas en La Plata tiene a esta altura más de 90 sucursales en todo el país y se extendió por Latinoamérica y España. 

Algo parecido sucede en el rubro de panadería. Hace pocos meses se inauguró en la región una cadena de panificados que cuenta con precios imbatibles: el kilo de pan se compra a $23, la docena de medialunas, a $35 y la de facturas surtidas, a $40. Con un sistema de franquicias, pretenden acabar este 2016 con más de 50 sucursales y proyectan para 2017 instalar más de 100 en todo el país. 

“Siempre que salgo del trabajo paso por la panadería y compro algo para la merienda. Lo más tentador resulta el precio, aunque hay que tener paciencia para comprar. Es autoservicio, pero a la hora de pagar hay solo dos cajeros y la compra se vuelve bastante lenta”, dijo Lucía Gil, una fiel clienta del lugar.

En torno a este tema, Alberto Catullo, de la Asociación de Amigos de Calle 12, explicó: “Mientras todo esto sea legal, me parece que no hay nada para objetar. El argentino siempre se caracterizó por ser pícaro para salir a flote en situaciones complicadas. Son tiempos en los que hay que agudizar el ingenio, pensar bien las estrategias comerciales y cuidar las fuentes de empleo”.

Tiempos de parches y delincuencia 

En épocas de recesión, hay otros rubros que también mejoran su situación. Los sectores relacionados con las reparaciones, ya sea de electrodomésticos, vestimentas, calzados o muebles, aumentan sus ingresos debido a que la gente evita comprar productos nuevos. 

También se benefician las modistas, los negocios de ropa barata y los comercios de segunda mano. 

Durante estos tiempos, lamentablemente,  aumenta a la par la delincuencia. Por este motivo, las empresas de seguridad privada, equipos de vigilancia y alarmas suelen robustecer sus ingresos. 

Esperando el despegue

En relación con la situación que se vive,  Catullo dijo: “Yo, que vendo ropa de mujer, ahora no puedo traer vestidos de 3.000 pesos porque no se los voy a vender a nadie. Tengo que ofrecer ropa de menor valor, siempre tratando de manejar los estándares de calidad. A este ritmo van a seguir cerrando negocios y hay gente que se va a quedar sin trabajo. Tenemos la expectativa de que esto arranque de una vez por todas. Seguimos aguantando, el tema es hasta cuándo vamos a poder sostenerlo”.

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