entrevista exclusiva

Niño platense superdotado recibirá plan pedagógico especial tras un fallo de la Justicia

Se trata de Benjamín Equiza, un chico que vive en Hernández y está cursando cuarto grado, cuando debería estar en segundo por su edad biológica.

Benjamín Equiza tiene siete años. Nació en agosto de 2014, un mes después del Mundial de Brasil que terminó ganando Alemania. Hijo de Soledad y Andrés, una pareja que tiene una distribuidora de productos de ferretería, el niño comenzó adelantado el primer grado en 2020, justo cuando se decretó la pandemia. Ese año tuvo una semana de clases presenciales, pero a lo largo del ciclo lectivo virtual fue recibiendo contenido especial, ya que sus padres lo llevaron a escuelas especiales de la ciudad de Buenos Aires en donde se confirmó su capacidad para poder avanzar de año.

En contacto con este diario, la mamá del pequeño Benjamín explicó cómo se llegó a la instancia de tener que apelar a la Justicia para que se reconozca el conocimiento y la capacidad de su hijo.

Por todo lo ocurrido, la Justicia determinó que desde la Dirección General de Cultura y Educación se deberá elaborar un plan especial para personas con este tipo de capacidad, lo cual sienta jurisprudencia y marcará un antes y un después en la elaboración de los planes de estudio, ya que para eso habrá que formar a docentes que a su vez puedan elaborar los nuevos contenidos. O adaptar los que ya están para que este tipo de chicos no pierdan la atención y no se aburran en la escuela.

—¿En qué momento de su infancia notaron que podía ser superdotado?

—Cuando tenía tres años un día me preguntó cuánto era el resultado de 80 por 10, me llamó la atención y le pregunté por qué quería saber eso siendo tan chico...

—¿Y qué te contestó?

—Me dijo: “Vos decime”. Le contesté el resultado y ahí nomás ­reflexionó y me dijo que dos por dos es cuatro.

—¿Y qué patrones de conducta adoptaba?

—Él en ese momento se mostraba aburrido cuando iba al jardín. Nos decía que se aburría mucho y que sentía que iba al jardín con bebés, cuando en realidad iba con nenes de su misma edad. Es como que se sentía un bicho raro en el jardín.

—¿En qué instancia está el reclamo?

—El año pasado, en el mes de junio, desde el Ministerio de Educación de la Provincia nos comunicaron que no aceptaban la decisión de adelantarlo de año en base a los certificados que recibió por haber rendido libre en las escuelas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que tenía que repetir. De hecho, tiene la edad para estar en segundo grado y no en cuarto. Pero está en cuarto cursando. Esto se dio porque presentamos una medida cautelar. Buscamos una especialista en derecho del niño porque desde el ministerio nos dijeron que la normativa de Provincia contempla seis años de cursada real. No solamente el fallo dice que tiene que pasar de año, sino que el ministerio debe elaborar un nuevo plan para este tipo de casos.

—¿Y ahora cómo está él?

—Él está bien cursando con sus compañeros de cuarto grado. Pero estamos esperando el plan de contenido especial para él, que lo tiene que elaborar el ministerio y noso­tros debemos aprobarlo.

—¿Y la postura de la familia ahora cuál es?

—Yo quiero que el nuevo plan esté supervisado y necesitamos que las personas del ministerio se capaciten para elaborar un plan pedagógico para un chico que tiene ­capacidades superiores. Creo que no debería ser tan complejo: me parece que es compactar un poco más de información que ya tienen los planes originales de estudio para evitar las repeticiones en las tareas en el momento de aprender nuevas cosas. No debería ser tan complejo.

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