Ciencia

Osiris-Rex abandonó el asteroide Bennu para regresar a la Tierra

Este lunes a las 17.23 (hora argentina), la nave espacial de la NASA encendió sus motores principales y se alejó de la superficie rocosa a una velocidad aproximada de 1.000 kilómetros por hora.

Este lunes a las 17.23 (hora argentina), la nave espacial Osiris-REx de la NASA encendió sus motores principales y emprendió el regreso a la Tierra, luego de haber estado tres años sobre la superficie de Bennu, un asteroide próximo a nuestro planeta.

Según explicaron desde la agencia espacial estadounidense, Osiris-REx completará dos órbitas alrededor del Sol antes de descender sobre la Tierra. De acuerdo a las estimaciones de la NASA, la nave aterrizará el 24 de septiembre de 2023 sobre el campo de pruebas y entrenamiento de Utah, en Estados Unidos.

“Todos los logros de Osiris-REx demostraron la forma audaz e innovadora en que se desarrolla la exploración en tiempo real”, dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de ciencia en las oficinas de la NASA. “Tenemos una pieza primordial de nuestro sistema solar que regresa a la Tierra, donde muchas generaciones de investigadores pueden descubrir sus secretos”, agregó.

Para establecer el campo de acción de los próximos años, una docena de ingenieros hicieron cálculos y escribieron un código capaz de instruir a la nave espacial, para que sepa cuándo y cómo alejarse de Bennu.

Ahora, el objetivo más importante es lograr que Osiris-REx transporte las muestras del asteroide de manera segura. Esto incluye, además, la planificación de maniobras para que la nave mantenga su curso durante el viaje.

Las cámaras de navegación que ayudaron a orientar la nave hacia Bennu se apagaron el 9 de abril, luego de captar las últimas imágenes de la superficie rocosa. Con el asteroide en el espejo retrovisor, los ingenieros comenzaron a utilizar la Red de Espacio Profundo de la NASA, que envía señales de radio a la nave. De esta manera, al medir la frecuencia de las ondas devueltas por el transmisor de Osiris-REx, los especialistas pueden calcular su velocidad y determinar con precisión la ubicación de la nave.

“Hay mucha emoción dentro del equipo por el despegue”, dijo Mike Moreau, subdirector de proyectos Osiris-REx en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA. “Creo que todo el mundo tiene un gran sentido de logro, porque enfrentamos todas estas tareas abrumadoras y pudimos lograr todos los objetivos que se nos plantearon. Pero también hay algo de nostalgia y decepción de que esta parte de la misión esté llegando a su fin”, agregó.

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