Se incrementan los controles en los gimnasios ante la llegada de la primavera

El pedido de ergometrías y electros se convirtió en una constante para los comerciantes de este rubro de La Plata.

De la mano con el buen clima que acompañó los primeros días de septiembre, no fueron pocos los platenses que comenzaron a invadir los espacios verdes, ramblas y plazas, para realizar actividad física en las primeras horas de la mañana o durante la tarde.

Tal es el caso de lo que ocurrió en 32 entre 11 y 12, o en el parque Alberti, San Martín o la Plaza Belgrano, en donde por primera vez en el invierno comenzaron a dictarse clases de salsa u otros bailes al aire libre.

En los gimnasios, en efecto, se sumaron los pedidos por parte de los propietarios a los clientes para presentar una certificación de aptitud física a los fines de evitar cualquier contratiempo mientras se realiza una rutina.

En algunos lugares más familiares como el local que está en 33 entre 13 y 14, por ejemplo, no son pocos los que acuden con un chequeo realizado hace poco tiempo y que permite garantizar que la persona está sana como para afrontar una rutina.

Algo parecido es lo que ocurre con los gimnasios más grandes que forman parte de cadenas de en todo el país, en donde se comenzó a exigir la presentación de un certificado médico, una ergometría o hasta un electrocardiograma para las personas mayores de 60 años que acuden habitualmente.

La medida se adoptó a partir de que comenzaron notar un fuerte incremento en las suscripciones. Si bien persiste la obligatoriedad de higienizar las máquinas con alcohol en gel y mantener las distancias, la realidad es que durante el invierno (el primero sin restricciones de circulación desde que se decretó la pandemia) no se realizaron de forma estricta.

Para quien no cuenta con una obra social, realizar una ergometría requiere de pedir un turno en un hospital público y esperar que un cardiólogo haga un diagnóstico que justifique la prueba de fuerza. Sin embargo, un electrocardiograma es de más simple realización en un hospital.

Se estima que una rutina promedio para una persona de entre 20 y 40 años demanda en cualquier gimnasio un tiempo estimado de entre 40 y 50 minutos, sin contar los minutos que requiere un estiramiento y el calentamiento previo. Profesionales de salud recomiendan siempre realizar un chequeo del corazón cada seis meses a partir de los 30 años, no solamente por las secuelas físicas de la vida, sino también por el estrés a la que cualquier persona se somete con la rutina diaria.

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