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Sello del AMBA: crearon un respirador de uso fácil con impresora 3D

Daniel Canullo y Maximiliano Pereira comenzaron trabajando en equipo a la distancia y estuvieron noches enteras sin dormir hasta lograr el artefacto. Ahora buscan que se replique a gran escala para salvar vidas.

Algo que dejó la pandemia de coronavirus en Argentina es la demostración de que hay muchas ideas que apuntan a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Así, dos amigos del Conurbano bonaerense se propusieron armar un respirador en casa y lo lograron.

Maximiliano Pereira, de La Plata, y Daniel Canullo, de Florencio Varela, son dos jóvenes amigos que, como pasatiempo, trabajan en muchos proyectos usando una impresora 3D. Con el estallido de la pandemia en el país, y sobre todo en la zona del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), decidieron poner esa creatividad a disposición de la salud.

“La idea surgió cuando vimos lo que pasaba en Europa con tantos fallecidos por Covid-19. Vimos algunos prototipos de gente de allá que intentaba hacer algo similar, pero ellos lo hicieron de otra manera. Yo trabajé hace muchos años en electromedicina y tenía alguna noción de cómo funcionaban los respiradores. Hace unos años estamos con Maximiliano en el mundo del 3D, nos gustan los desafíos, le pregunté si se animaba a hacer uno y empezamos”, dijo Daniel, en diálogo con diario Hoy.

La pandemia avanzaba y se declaró oficialmente en Argentina el aislamiento social, preventivo y obligatorio, allí fue cuando los jóvenes decidieron aumentar los esfuerzos, lo que hizo que Maximiliano dejara las diagonales y se mudara a Florencio Varela para dedicarse de lleno al proyecto.

“Pretendíamos hacer un equipo especial para lo que se necesita ahora en esta situación que vivimos, entonces nos juntamos todas las noches por videollamada, y una semana después Maxi se vino a vivir a mi casa. Pedí permiso en el trabajo para que alguien me cubriera y así poder dedicarme a esto. Durante un mes dormimos de dos a cuatro horas por día”, recordó Daniel.

Los jóvenes no estuvieron solos, para el desa­rrollo del respirador tuvieron los consejos de los profesionales de la salud en el manejo del artefacto, para luego avanzar con las pruebas y finalmente conseguir el documento firmado para validar el proyecto, que llegó desde nuestra ciudad.

“Hicimos llamadas con anestesistas y médicos para saber cuáles eran las funciones que te­níamos que incluir y ahí definimos la lógica. Luego pasamos a modelar el equipo, después la electrónica, e hicimos un programa para que sea fácil de usar. Empezamos a hacer algunas pruebas, lo calibramos, y cuando estuvo listo hablamos con los directivos de la Clínica del Niño de La Plata y lo probamos con un pulmón artificial. También hablamos con los médicos del Hospital Español, y ellos nos dieron el aval firmado que señala que este equipo funciona para estas circunstancias”, relató Canullo.

Ahora, con el objeto ya armado, Daniel y Maximiliano buscan que se pueda producir a gran escala, ya que con la impresora 3D no podrían hacerlo. El objetivo de ellos es que alguna empresa con la capacidad productiva lo pueda replicar y así poder ayudar a contener el avance del virus.

“Estamos muy contentos, pero a la vez ve­mos que pasa el tiempo y el respirador está ahí, no está cumpliendo el objetivo con el que lo ar­mamos, que es salvar gente. Vemos que se mueren personas y nadie se arriesga a producirlo, y es necesario porque la situación nos pide tener muchos en poco tiempo”, enfatizó Daniel.

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