cultura

Un teatro platense que es orgullo nacional

El teatro Argentino es uno de los mayores símbolos culturales platenses, fue capaz de renacer de las cenizas a la que fue reducido en los años de la última dictadura.

El 19 de noviembre de 1890 se produjo un acontecimiento de extraordinaria relevancia artística para la ciudad. Tras tres años de intensas remodelaciones, quedó oficialmente inaugurado esa noche el monumental Teatro Argentino, con un espectáculo lírico de indudable importancia, la representación de la ópera “Otello” de Giuseppe Verdi e inspirada en la obra de William Shakespeare. La dirección fue ejercida por el maestro Carlos Furlotti, frente a un elenco de excepción: José Oxilia, Elvira Colonesse y Margarita Preziose.

El proyecto de construcción fue llevado adelante por Leopoldo Rocchi, arquitecto italiano, quien ideó una estructura según los modelos de su país, dotando a la construcción de un estilo renacentista. El teatro constaba de cinco niveles, con palcos y galerías, pudiendo albergar hasta mil quinientos espectadores. Durante los siguientes veinte años desfilaron por sus tablas artistas de renombre, como Ana Pavlova y María Guerrero, entre otros, y numerosos talentos del país.

Tiempo después, el Estado bonaerense comenzó a emprender una profunda reforma edilicia que permitió montar espectáculos propios a partir de talleres que proveían escenografía, sastrería, peluquería y maquillaje.

En 1977, durante un habitual ensayo del ballet estable, un incendio, que se sospecha intencional, "en pocas horas redujo a cenizas la sala de estilo renacentista. Solo permanecieron en pie el foyer y las paredes perimetrales". Era por entonces la segunda sala de ópera del país, en cuanto a la excelencia de su programación y a su prestigio internacional. La última dictadura, a pesar de los fuertes reclamos de la sociedad argentina e internacional por la reconstrucción del edificio, decidió demolerlo y llamó a un concurso público para la construcción, en el lugar, de un nuevo y moderno centro cultural que continuara la gloria del antiguo Teatro Argentino. Las obras comenzaron en 1980 y en 1984 se terminó de construir, luego de constantes retrasos y paralizaciones. Mientras tanto, los integrantes de las distintas compañías estables del teatro comenzaron un derrotero por diversos escenarios de la ciudad, de tal manera que las celebraciones del centenario del Teatro Argentino, en 1990, fueron llevadas a cabo en las instalaciones del Cine Gran Rocha, alquilado a mediados de 1987 por las autoridades gubernamentales para dar cabida a los espectáculos del Teatro Argentino, que nunca dejaron de realizarse.

La sala Alberto Ginastera , considerada una de las más importantes de Latinoamérica, había sido cerrada debido a filtraciones y vandalismo en 2017, con la promesa de una restauración integral. Sin embargo, el reacondicionamiento sufrió el karma de las postergaciones. Fueron más de tres años en silencio. Tras una inversión de más de 350 millones de pesos y un largo proceso de renovación, se logró llevar a cabo la puesta en valor del edificio por parte del Gobierno provincial, que realizó acciones de acondicionamiento termo-mecánico y trabajos de electricidad y oleohidráulica, un plan que comprende obras ya terminadas y otras en ejecución.

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