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Una jornada caótica tras el temporal

Más de 80 árboles caídos, vehículos destrozados, escuelas cerradas, calles anegadas y otras cortadas fueron algunas de las consecuencias que dejaron las precipitaciones y ráfagas de viento de más de 85 km por hora  

Más de 80 árboles y ramas de gran porte sobre la calzada, techos volados, autos destruidos, postes de luz caídos, servicios interrumpidos y semáforos sin funcionar dieron forma a la caótica jornada en la que amanecieron los platenses, tras el furioso temporal que, desde la noche del miércoles y durante la madrugada de ayer, azotó a la ciudad. Las precipitaciones, aunque débiles, alcanzaron para anegar distintas zonas. Por su parte, las ráfagas de viento de más de 85 km por hora provocaron destrozos de diversa magnitud. 

De este modo, una vez más el mal tiempo puso en evidencia a una ciudad que sigue sin estar preparada para las adversidades climatológicas: no hace falta un gran esfuerzo para advertir que cada vez que llueve un poco más de lo previsto, o el viento sopla más fuerte que lo habitual, La Plata queda devastada.   

Como consecuencia de los árboles caídos, en algunos puntos de la ciudad el tránsito se vio entorpecido y cortado. Tal fue el caso de calle 32 entre 116 y 117, donde un ejemplar centenario cayó sobre la calzada y destruyó un vehículo. Asimismo, un trastorno similar se vivió en las inmediaciones de Plaza Olázabal, en 7 y 39, donde un gran árbol cayó sobre la calle y complicó el paso de los vehículos. 

Dificultades como estas también se reportaron en calle 638 entre las diagonales 130 y 131, en 56 entre 12 y 13, 1 entre 72 y 73, 56 entre 24 y 25 y en calle 3 entre 45 y 46. Además, los vecinos reclamaron por ramas y troncos caídos en 7 y 605, 12 y 66, diagonal 78 y 63, 56 entre 12 y 13 y, por último, 19 y 47.

Una situación semejante se registró en calle 46 entre 2 y diagonal 80, donde otro árbol de gran porte cayó sobre dos autos estacionados y afectó a un tercer vehículo que circulaba con dos estudiantes de Arquitectura en su interior, quienes sufrieron algunas heridas. A raíz de este episodio, tuvieron que suspenderse las clases en el ex-Comercial San Martín. Sobre lo sucedido, una auxiliar de la institución dijo a este medio: “Yo advertí a la Municipalidad que esto iba a pasar. La situación fue tremenda”. 

Otro centro educativo que se vio en la obligación de interrumpir las actividades fue el colegio Santa Ana, de Hernández, en calle 511 entre 25 y 27, que sufrió la voladura de techos en el jardín de infantes y el corte en el suministro de agua. De hecho, Aguas Bonaerenses (ABSA) anunció que, a raíz del temporal, el normal funcionamiento del servicio podría verse afectado.  

En la calle 153 y 620, en tanto, tres postes de media tensión cayeron a metros de una escuela. Episodios similares se registraron en 122, entre 614 y 615; 137 y 601; 160 y 610 y 146 entre 44 y 45. En 140 y 526, el techo de una finca se voló íntegramente, mientras que en la calle 38 entre 148 y 149, un árbol aplastó y derrumbó el baño de una vivienda. Sin embargo, el mayor susto se lo llevaron los vecinos de 6 entre 60 y 61, cuando la pared lateral de un edificio cayó sobre una casa, provocando el derrumbe de su techo y paredes.

Fue tal la ferocidad del fenómeno que hasta en el Astillero Río Santiago se cortó la amarra del dique seco, estructura donde se realizan las reparaciones de las embarcaciones, quedando a la deriva. El inmenso armazón de hierro, con un barco en su interior, continúa flotando en el medio del canal. Además, el temporal volteó el histórico semáforo pluvial del puerto, ubicado en la isla Paulino. 

Como si esto fuera poco, a las secuelas del temporal ayer se le sumó el mal funcionamiento de los semáforos en zonas céntricas de la ciudad donde, además, se registraron cortes por distintas protestas. 

Con todo, aunque el sol después salió, para muchos fue una jornada olvidable.

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