La urgencia de la salud de “Pelusa” pone en jaque al Municipio

Aseguran que la elefanta padece una enfermedad “irreversible”. Además, se demora la ampliación del predio para que el animal pueda caminar. Su traslado a Brasil, en suspenso

Llegamos a un punto en el que Pelusa nunca más podrá recuperarse al 100%”, sentenció, desde Brasil, el presidente de Global Sanctuary for Elephants, Scott Blais, a diario Hoy. Desde hace ya un tiempo, la elefanta sufre de una “pododermatitis” crónica (una infección en sus patas traseras) como producto de su vida en cautiverio. Los elefantes que son libres caminan hasta 50 kilómetros por día. Sin embargo, “Pelusa” no ha podido cumplir con ese ejercicio en los apenas 100 metros cuadrados que mide su hábitat en el Zoológico local. Por tal motivo, la infección comenzó a carcomer sus patas, reduciéndole los movimientos y hasta la posibilidad de mantenerse parada.

La enfermedad que tiene “Pelusa” requiere un tratamiento a base de fármacos, una dieta balanceada, un piso adecuado y un recinto amplio, además de la atención personalizada y constante de los trabajadores que se ocupan de la elefanta. “Si ella sigue viva es por el esfuerzo del personal”, contó uno de los cuidadores del Zoo, que prefirió resguardar su identidad por temor a represalias municipales. Además, agregó que, seis meses atrás, cuando “Pelusa” se cayó, “su cuidador lloraba por la impotencia, ya que no podían levantarla”. Al tener los pies debilitados, “Pelusa” se cansa por demás y atina a sentarse, pero no lo hace justamente por eso: sabe que tal vez no pueda volver a pararse por sus propios medios. 

“Actualmente, ella se queda de pie sobre sus patas todo el tiempo. No se acuesta siquiera para dormir”, dijo Blais, quien ya hizo un viaje a la Argentina para evaluar las posibilidades de traslado de “Pelusa” hasta el Santuario de Elefantes ubicado en el Mato Grosso brasilero.

 La manera en la que el animal podría descansar sería con “un sistema de cintas que la sostenga por completo”, replicó Blais. Sin embargo, el Municipio no las ha puesto a disposición.

Otro de los puntos que preocupa a los ciudadanos es la delgadez que presenta la elefanta. Al respecto, Blais indicó que, aunque su apetito es bueno, “no está ganando peso. Eso puede ser un indicador de que hay algún problema con su sistema digestivo. Probablemente esté absorbiendo menos nutrientes que los valores normales”.

Hijos del rigor

Para la ambientalista e integrante de Prodea, Elba Tiburzi, el Municipio solo comenzó a darle una relativa importancia a la emblemática elefanta después de la presión ejercida por parte de distintas organizaciones y concejales, que hicieron denuncias por su estado de salud. 

En una línea similar, Rosana Laplace, una veterinaria del Zoo platense que trabajó allí por más de 30 años, explicó que el cambio del sustrato del piso por uno más blando, para que “Pelusa” pueda desplazarse con mayor comodidad, “recién se colocó en julio de este año, y la elefanta está en terapia desde 2016. Se perdió mucho tiempo”.

Al respecto, consultado por diario Hoy, el subsecretario de Gestión Ambiental de la Comuna, Germán Larrán, explicó que por el mal tiempo no han terminado la ampliación del hábitat de la elefanta, la que implica, según informaron desde las arcas municipales, la inversión de 2,5 millones de pesos en una platea de hormigón y una estructura nueva con hierros y malla metálica, además de la colocación de una red que impida el acceso de las palomas. “Estaría terminada en los próximos 10 días, si el clima acompaña. Este último tiempo llovió mucho y eso demoró los trabajos”, comentó el funcionario.

Un Zoo cada vez más polémico

La deteriorada salud de “Pelusa” abre serios cuestionamientos a su posible traslado al Mato Grosso brasilero, medida que el Municipio barajó a principios de este año. 

En diálogo con este medio, la presidente del Santuario de Elefantes de Brasil, Junia Machado, explicó que el próximo mes harán otro viaje a la Argentina para evaluar las condiciones de la elefanta y “no demorar más el proceso”. 

“Cuando los elefantes tienen la oportunidad de vivir con otros de su especie, el placer que eso trae para sus vidas puede generar una transformación enorme. Podemos ver sus problemas físicos, pero no se puede ver su sufrimiento”, agregó Machado. 

“El riesgo de muerte de Pelusa no va a cambiar si hacemos el traslado o si se queda en el Zoo”, dijo, y aseveró: “Pelusa ya tiene riesgo de muerte, la infección es muy grave. Está muy enferma”.  

A más de tres meses de que el Concejo Deliberante aprobara la reconversión del Zoológico platense en un bioparque (Resolución nº 11.535), que contemplaba “la conservación de las especies autóctonas y el traslado no traumático de las exóticas”, los cuestionamientos a la actual gestión no cesan. Es que el predio de la avenida Iraola sigue cobrando la entrada como Zoológico y aún no ha renovado su cartelera, donde cosifica a los animales como una mera “colección”, tal como puede apreciarse en la fotografía. 

Aunque quizá el punto más controvertido sea la cantidad de muertes que se siguen sucediendo en el lugar. Sin ir más lejos, como adelantó este medio, el domingo 15, trabajadores denunciaron el fallecimiento de dos “antílopes eland”, presuntamente por enfermedades pulmonares. 

Esto se sumó a los trece decesos de diversos ejemplares, registrados entre enero y agosto, que este diario publicó el 2 octubre.