Una jornada contra la violencia hacia los niños

Frente a la cantidad de criaturas inocentes víctimas de conflictos bélicos, en 1982 Naciones Unidas estableció el 4 de junio como la fecha internacional para proteger sus derechos.

Hoy se conmemora la Jornada Internacional de los Niños Víctimas Inocentes de Agresión con el objetivo de visibilizar el dolor de los menores que son expuestos a maltratos físicos, mentales y emocionales, sometidos a la injusticia o asesinados en diversas zonas del planeta.

Según el último informe de la organización Save the Children, 415 millones de niños y niñas de todo el mundo viven en zonas de conflicto, de los cuales 149 millones se ubican en las regiones conocidas como “de alta intensidad”.

En general, la mayor cantidad de niños y niñas que viven en zonas de guerra se encuentran en África, donde se registran 170 millones. En cuanto a las cifras proporcionales, Oriente Medio ocupa el primer lugar. En la publicación realizada por el organismo de prestigio internacional, titulada Alto a la Guerra 2020: la importancia del género, se presenta un análisis que expone: “Las niñas corren un riesgo más alto de violencia sexual y otras formas de violencia de género, como el matrimonio infantil temprano y forzado. Los niños se ven mucho más expuestos a la muerte y la mutilación, al secuestro y al alistamiento”.

En conflictos bélicos, son los me­nores los miembros más vulnerables de la sociedad. “Son víctimas del reclutamiento como soldados, del homicidio, de la violencia se­xual, del secuestro, de los ataques contra escuelas y hospitales, así como de la ausencia de ayuda humanitaria”, aseguran desde las Naciones Unidas.

Save the Children considera que los Estados deben tomar tres tipos de medidas: respetar las normas y los estándares internacionales, exigir que los responsables de violaciones contra niños y niñas respondan por sus actos, propiciar que los niños y las niñas se recuperen de los conflictos y tomar medidas prácticas para protegerlos de todo daño.

En este sentido, en 2015, la ONU aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. La misma cuenta con 17 objetivos, entre los cuales figura un llamamiento audaz y ambicioso para poner fin a la violencia contra los niños.

Por su parte y centrándose en el contexto actual, Unicef, expresó: “Un alto al fuego mundial serviría de modelo de cooperación y solidaridad para combatir la Covid-19. Una pandemia que supone un peligro para el conjunto de la humanidad y, en particular, para los más vulnerables. Un alto al fuego no solo aumentaría significativamente las probabilidades de acabar con la enfermedad a corto plazo, sino que además sentaría las bases para una paz estable y duradera, y eso sería decisivo para los niños y sus futuros”.