Vodka de batata, made in Argentina
Un grupo de científicas marplatenses presentaron el invento, como manera de incentivar el consumo de la hortaliza. Además, hicieron snacks.
Un grupo de flamantes ingenieras de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) demostraron que se puede hacer vodka a partir de restos de batata. Además,con la misma hortaliza hacen snacks, por lo que aprovechan el alimento casi en su totalidad.
El proyecto se enmarcó en el trabajo final de la carrera de Ingeniería, en el que lograron disminuir los efluentes, ahorrar agua, energía y etapas de producción: con los restos que quedan desechados luego de hacer los snacks, se prepara la bebida blanca. La idea es utilizar al máximo la hortaliza.
“La idea surgió cuando una de las chicas del grupo, oriunda de San Pedro, comentó la problemática de la batata en el país, cuyo consumo y producción cayó drásticamente desde finales de los ‘80” explicó a Hoy Silvina Pérez, becaria de la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC). El grupo de investigación está conformado además por María Manuela Briones, Estefanía Eleno, María Mejail y Juliana Segretín.
En busca de resultados
Cuando comenzó la investigación, el equipo evaluó distintos productos que se podían elaborar, (como los clásicos dulces o golosinas) y analizaron las diferentes variedades en función a sus propiedades. Sin embargo, “el vodka y los snacks fueron los que más cerraban” ya que les permitió unificar el proceso de producción para evitar desperdicios.
“Lo mas difícil en el vodka es lograr hacer la extracción de azúcar. Hay que cortar en pequeños pedacitos, por así decirlo, las cadenas de almidón de la batata”, lo que hace posible la fermentación con la levadura, un proceso muy similar al de la producción de cerveza. Para fabricar esta bebida clásica se requiere la destilación de cualquier tipo de planta rica en almidón, aunque algunas empresas multinacionales utilizan cereales como trigo o centeno para abaratar costos.
“Quisimos durante todo el proceso hacerlo de manera natural, evitando agregar aditivos, conservantes o cualquier otro compuesto químico” señaló la Ingeniera, por lo que se utilizaron distintas combinaciones de temperaturas como técnica para lograr extraer los azucares.
“Una vez que optimizamos esa etapa, vino un proceso bastante sencillo y estándar de fermentación. Después hicimos varias destilaciones para llegar a un producto de buena calidad, y una vez que obtuvimos el alcohol concentrado, lo diluimos para lograr el vodka, manteniendo un porcentaje de 40% de alcohol” describió Pérez.
Si bien la destilación fue a modo de muestra, sus estudios indican que este vodka orgánico de batata marplatense puede tener una buena proyección económica. De hecho, el trabajo fue distinguido con el premio Innovar, por su aporte a la búsqueda del fortalecimiento de la industria.
Un concurso de soluciones
El gobierno británico ofreció 10 millones de libras (unos 17 millones de dólares) a quien resuelva "el mayor problema en el mundo", estando esta descripción abierta a cualquier desafío. La curiosa competición se inspira en el Premio Longitud lanzado en 1714, que ofrecía 20.000 libras a cualquiera que resolviera el problema más desconcertante del siglo XVIII: cómo determinar la posición global de un barco en el mar. Mucha gente pensó que el tema era imposible de resolver, hasta que un carpintero, John Harrison, diseñó un reloj que mantiene la hora exacta local del Sol. Hoy, tener un GPS parece lo más normal.
Casi 300 años después, los temas elegidos para solucionar fueron: “¿Cómo viajar sin dañar el medio ambiente?”; “¿Cómo asegurar que todos tengan alimentos nutritivos sostenibles?”; “¿Cómo prevenir la resistencia a los antibióticos?”; “¿Cómo recuperar el movimiento de las personas con parálisis?”; “¿Cómo asegurar que todos tengan acceso a agua segura y limpia?”; y “¿Cómo ayudar a las personas con demencia para que vivan de forma independiente por más tiempo?”.
El “reality show” cósmico
Un proyecto de la NASA, conocido como All-sky Fireball Network, permite ver en tiempo real los entre 4.000 y 5.000 meteoros que bombardean la Tierra cada día. Una docena de cámaras que vigilan el cielo registran el paso de lo que se conoce como bólidos, fogonazos más brillantes que Venus que cruzan el cielo a gran velocidad. Su aglomeración determina la existencia de una lluvia de estrellas.
Este tipo de programas no tratan sólo de proteger el planeta, sino que también permiten obtener pistas de dónde se crean los bólidos y de cuál es su procedencia, un cometa o un asteroide. Además, resulta importante en el diseño de futuras naves espaciales.
En la web de este programa (fireballs.ndc.nasa.gov) se puede ver el planeta en parcelas, las que vigilan las 12 cámaras, y observar el cielo. Además, hay gráficos en los que quedan marcados los bólidos que pasan y por dónde lo hacen. La información guardada hasta ahora es la referente a las últimas tres semanas.
