CIENCIA

Ya entró en funcionamiento un telescopio de espejo líquido

Es el instrumento de observación más grande de todo Asia y fue ubicado en una montaña de la India.

Una idea que nació hace exactamente 32 años se materializó en los últimos días y fue motivo de celebración para todo el mundo científico. Se trata de la puesta en funcionamiento del Telescopio Internacional de Espejo Líquido (ILMT, por sus siglas en inglés), que forma parte del Observatorio Devasthal, ubicado en Uttarakhand, India.

Ahora, al ponerlo en marcha, el gran objeto tecnológico va a permitir a los astrónomos localizar galaxias, cuásares, supernovas y demás cuerpos celestes. Se trata de un enorme aparato que mide cuatro metros de ancho, y fue instalado en una montaña de la cordillera del Himalaya, a una altura de 2.450 metros.

Eso no es todo, sino que fue ­confeccionado por un cuenco de mercurio líquido, cuya superficie está recubierta con aluminio ­reflectante; entonces, cuando este cuenco gira lentamente, forma una capa parabólica perfecta, parecida al espejo de vidrio de los telescopios convencionales.

Según indicaron, construirlo requirió una inversión de dos millones de dólares, lo que lo hizo mucho más económico que el Telescopio Óptico Devasthal (DOT, por sus siglas en inglés), que costó 18 millones de dólares. Hasta ahora, el DOT era el telescopio más grande de Asia, con sus 3,6 metros de ancho.

¿Cómo nació la idea de crear el enorme telescopio?

Como se mencionó, la idea ­surgió hace más de tres décadas, a fines de los 90. En los inicios del año 2000, tanto la NASA como la Agencia Espacial Canadiense ­ordenaron estudios de telescopios de espejo líquido en la Luna, pero no prosperaron. Entonces, recién en 2012 se envió a la India el ­recipiente que contiene el ­mercurio líquido, clave para su funcionamiento.

Sin embargo, la construcción y puesta en marcha del ILMT fue retrasada en variedad de ocasiones por diversos inconvenientes ­logísticos, hasta que en abril de este año se logró hacer girar el cuenco, que contenía 50 litros de mercurio líquido, formando una capa parabólica de 3,5 milímetros de espesor.

Los expertos explicaron a Science que “el campo de visión del ILMT es una franja de cielo casi del ancho de la Luna, y el escaneo se realizará desde el anochecer hasta el amanecer, debido a la rotación de la Tierra”.

Por eso, como el telescopio permite observar la misma franja del cielo todas las noches de manera sucesiva, se podrán obtener imágenes de objetivos astronómicos tenues con una alta sensibilidad. Asimismo, se podrán observar supernovas y galaxias, para realizar comparaciones entre las fotografías y poder analizar cambios en el cielo.

El director del proyecto, Jean Surdej, dijo que, “en caso de que el telescopio funcione con éxito, se utilizará su tecnología para construir espejos líquidos de mayor tamaño, los cuales se instalarán en la Luna”, ya que, sostiene, “son un lugar ideal para futuros telescopios gigantes, puesto que sísmicamente es menos activa que la Tierra, además de carecer de atmósfera”.

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