El bombardeo a Gaza abrió grietas en el poder de Israel

Tras la ofensiva, el ministro de Defensa declinó su candidatura electoral. El reclamo palestino recobró fuerza ante un nuevo reclamo en la ONU.

Los costos humanos y materiales del reciente conflicto militar entre Israel y Hamas corrieron por cuenta de los palestinos, que sin embargo lograron algunas victorias a fuerza de resistir las bombas, visibilizando su crisis humanitaria cotidiana y renovando sus reclamos, mientras que en Tel Aviv se agudizaron las disputas políticas a sólo dos meses de las elecciones parlamentarias. 

Edu Barak, ministro de Defensa israelí encargado de la operación “Pilar Defensivo”, anunció repentinamente su renuncia a los comicios del 22 de enero de 2013, debilitado ante la opinión pública de su país. “He anunciado mi decisión de abandonar la vida política y no presentarme a las elecciones”, dijo el funcionario, y agregó: “Yo terminaré mi función de ministro de Defensa con la formación del próximo gobierno, dentro de tres meses”. Barak se convierte así en el primer político en acusar el golpe de la embestida militar contra la Franja de Gaza, que expuso ante el mundo la ocupación de los territorios palestinos y la inusitada violencia del Ejército israelí, soportando la condena internacional al tiempo que sus ciudadanos apoyaban una invasión terrestre.  

Esta situación revitalizó el reclamo que la Autoridad Palestina, que gobierna Cisjordania de la mano de Mahmud Abas, llevará a las Naciones Unidas el próximo 29 de noviembre. Ante el avance de Hamas y su política de confrontación, el organismo internacional y las potencias occidentales se preocuparán de dar acogida al reclamo palestino como una forma de contrarrestar las tendencias militaristas. Abas buscará ser reconocido como “Estado observador no miembro de la ONU, al igual que el Vaticano. La clave está en la palabra Estado y en el avance que supone en términos del reconocimiento internacional de la causa palestina.