Francisco criticó a los miembros de la Curia que "se dejan corromper por la ambición"
El papa lo dijo en un discurso en el que aprovechó los tradicionales saludos navideños para defender con vigor la reforma de la Iglesia que lleva adelante
El papa Francisco criticó hoy a los miembros de la Curia que "se dejan corromper por la ambición", en un discurso en el que aprovechó los tradicionales saludos navideños para defender con vigor la reforma de la Iglesia que lleva adelante.
Frente a sacerdotes, obispos y cardenales que cumplen funciones en el Vaticano, el pontífice pidió este jueves "superar la desequilibrada y degenerada lógica de las intrigas o de los pequeños grupos que en realidad representan, a pesar de sus justificaciones y buenas intenciones, un cáncer que lleva a la autorreferencialidad".
Ese peligro, advirtió Jorge Begoglio, "se infiltra también en los organismos eclesiásticos en cuanto tales y, en particular, en las personas que trabajan en ellos".
El encendido discurso pontificio se da a fines de un 2017 en el que el papa argentino atravesó críticas internas en la Iglesia, en especial por su acercamiento a los protestantes para la conmemoración de los 500 años de la reforma de Martín Lutero y por sus posiciones sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar, que llevaron a que sectores ultraconservadores lo trataran de hereje.
En ese marco, Bergoglio alertó también a la Curia sobre "otro peligro, que es el de los traidores de la confianza".
En ese grupo Francisco englobó a quienes "se aprovechan de la maternidad de la Iglesia, es decir de las personas que han sido seleccionadas con cuidado para dar mayor vigor al cuerpo y a la reforma, pero, al no comprender la importancia de sus responsabilidades, se dejan corromper por la ambición o la vanagloria".
En una referencia que pareció dirigida al cardenal alemán Gerhard Ludwig Müller, un crítico del pontífice separado este año de la congregación para la Doctrina de la Fe por su lentitud en juzgar las causas que investigaban abusos dentro de la Iglesia, Francisco planteó que esas personas "cuando son delicadamente apartadas se autodeclaran equivocadamente mártires del
sistema, del 'Papa desinformado', de la 'vieja guardia'…, en vez de entonar el 'mea culpa'".
Durante su mensaje, además, Francisco calificó como un camino "sin vuelta atrás" la política de diálogo interreligioso que impulsa, y defendió la reforma en la organización de los diplomáticos vaticanos que hizo este año a través de la creación de un área especial dentro de la secretaría de Estado vaticana para su formación.