Otro “viernes de furia” en Jerusalén

Dos personas murieron y más de cincuenta resultaron heridas, luego de un enfrentamiento entre palestinos y fuerzas israelíes

Un nuevo “viernes de furia” se vivió en Jerusalén, cuando palestinos decidieron manifestarse contra la decisión de Donald Trump  de reconocer a la denominada “ciudad santa” como capital de Israel. De esta manera, la jornada culminó con dos muertos y más de 55 heridos por la represión de las fuerzas de ocupación israelíes, principalmente en la Franja de Gaza y Cisjordania. 

El primer joven que falleció fue identificado como Zakarya Kafarna, de 24 años, acribillado cuando participaba de una protesta en Gaza, cerca de la frontera con el sur de Israel. Poco después, el Ministerio de Salud palestino agregó que otro manifestante, de 29 años, murió en medio del feroz operativo llevado a cabo por el gobierno de Benjamín Netanyahu. En cuanto a la segunda víctima fatal, las autoridades no lograron identificarla. 

Además, el gobierno palestino contabilizó cerca de 40 heridos en la Franja de Gaza y 17 en Cisjordania. Todos fueron reprimidos durante las protestas, reclamando la soberanía sobre Jerusalén este, la parte de la ciudad que la mayoría del mundo y la ONU reconoce como ocupada por Israel desde 1967.

En total, se estimó que 3.700 palestinos salieron por tercer viernes consecutivo a las calles para protestar, en respuesta a la convocatoria de los principales partidos políticos palestinos. “Un día de lucha contra las fuerzas de ocupación en las fronteras de Gaza. Todos deben ir mañana a enfrentarse a la ocupación para derrocar la declaración de Trump”, había comunicado el líder del movimiento radical islámico Hamas en Gaza, Yehia al Sinwar, frente a un grupo de jóvenes. 

Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abbas, eligió hacer lo propio a través de una carta de Navidad, formalmente dirigida a la comunidad cristiana pero informalmente destinada a toda la sociedad.

Abbas les prometió que su gobierno “no aceptará ningún plan (de paz o negociación) por parte de Estados Unidos” y reiteró que, tras la decisión, la Casa Blanca desnudó su apoyo parcializado hacia Israel en el conflicto.