Putin advierte en discurso en Moscú que las ideas nazis siguen vivas
El presidente ruso, Vladimir Putin, alertó hoy que las ideas de los nazis siguen vigentes con fuerza, en un discurso en Moscú para celebrar el aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Al hablar frente a cientos de personas antes del desfile militar anual en la plaza Roja de Moscú, Putin condenó "intentos de reescribir la historia, de justificar a los traidores, en cuyas manos hay sangre de cientos de miles de pacíficas personas".
"Lamentablemente, muchas de las ideologías de los nazis, de quienes estaban obsesionados con la teoría de su exclusividad, están tratando de ser puestas otra vez en servicio", agregó, sin dar precisiones.
Después del discurso, más de 12.000 hombres y 190 vehículos y sistemas de armamento desfilaron ante el jefe de Estado y un público de oficiales y veteranos para este tradicional desfile que marca la victoria rusa sobre los nazis en 1945.
El aniversario, que en Rusia se conoce como "Día de la Victoria", es la celebración laica más importante del país, que conmemora las hazañas del Ejército Rojo soviético y el enorme sufrimiento de los civiles rusos durante la guerra contra la Alemania nazi.
Se estima que 27 millones de soldados y civiles rusos murieron en el conflicto.
En medio de crecientes tensiones entre Rusia y Occidente, Putin reiteró que defenderá "firmemente" los intereses geopolíticos de su país, informó la agencia de noticias AFP.
"Rusia defiende incesantemente el derecho internacional. Al mismo tiempo, defenderemos firmemente nuestros intereses nacionales y garantizaremos la seguridad de nuestro pueblo", dijo.
Putin aseguró que las ideas nacidas del nazismo "son puestas al día" y que existe un retorno de "discursos racistas, de superioridad nacional, de antisemitismo y de rusofobia".
El presidente ruso no precisó el blanco de sus críticas, pero desde hace años no deja de acusar a fuerzas nacionalistas de derecha de ganar influencia en la vecina Ucrania, de la cual Rusia se anexó la península de Crimea en 2014 tras una revolución prooccidental.
Además, Putin acusa sistemáticamente a sus rivales estadounidenses y europeos de políticas antirrusas, rechazando las acusaciones contra Rusia, que ha sido sancionada por ciberataques, represión de la oposición o escándalos de espionaje.